Mi hijo tiene 3 años y no habla, ¿cuándo debo preocuparme?
Los padres de niños de tres años ya deberían entender cerca del 75% de lo que dice su hijo; ¿qué pasa cuando no habla?, ¿en qué momento hay que preocuparse?
Uno de los momentos más especiales para los padres de familia es cuando su hijo comienza a decir sus primeras palabras, ya sea su nombre o los intentos de «mamá» y «papá», entre otras más que normalmente se dan cerca del año de vida; sin embargo, no en todos los casos el desarrollo del lenguaje ocurre de esta forma, pues algunos menores pueden presentar retrasos a la hora de hablar e incluso tener otras condiciones que les impiden hacerlo con claridad.
De hecho, una de las búsquedas más frecuentes en Internet es «por qué mi hijo de 3 años no habla», una preocupación totalmente válida cuando, según los expertos, a esta edad ya debería ser comprensible al menos el 75 por ciento de lo que dicen, además que este es el último año para aprender por completo, pues se sabe que lo ideal es que la edad de 4 años ya se le entienda todo lo que dice, ¿pero qué pasa cuando esto no ocurre?, ¿es grave?, ¿qué se puede hacer?
Para responder a cada una de esas preguntas, lo ideal es consultar a un pediatra que brinde atención personalizada a tu hijo, pues existe una larga lista de razones por las que a los 3 años es incapaz de emitir palabra, claro que hay algunos casos que son más graves y preocupantes que otros; mientras que otros más se pueden solucionar al atender el problema, ya sea en el oído en la boca. Por otro lado, es importante advertir que nunca se debe comparar el desarrollo de un niño y otro, ya que la edad a la que empiezan a hablar suele variar.
Es por ello que también se recomienda que los padres y madres conozcan algunos aspectos importantes, pues les puede ayudar a detectar alguno o más problemas que su hijo podría tener y que le impide hablar o comunicarse de forma correcta. Y es que puede haber retraso del habla en el que los pequeños usan palabras y frases aunque sean difíciles de entender, así como retraso en el lenguaje, en el que se emiten palabras, pero no se pueden combinar en una misma frase.
De acuerdo con el sitio especializado en la salud de los niños, Kids Health, algunas de las razones que podrían ser señales de retraso del habla o lenguaje son alteraciones en la lengua o en el paladar, frenillo corto que limita los movimientos de la lengua, dificultad para coordinar labios, lengua y mandíbula, e incluso problemas de audición. Todos ellos identificables a los meses de vida o después del año.
A continuación compartimos algunas de las banderas rojas que no se deben pasar por alto y que al detectar se debe buscar ayuda profesional para recibir algún diagnóstico, además que el pediatra del pequeño puede ayudar a detectar algún otro problema de salud y tenderlo inmediatamente para que los menores puedan desarrollarse y comunicarse correctamente, sobre todo si supera los tres años de edad.
Según información del Instituto Mexicano del Seguro Social, las principales razones por las que un menor no habla son los defectos de los órganos del habla, déficit auditivo, retraso en el desarrollo intelectual, lesión cerebral, retrasos en la evolución corporal, influencia defectuosa o negativa del entorno, estimulación deficiente del habla e incluso por factores como conflictos en la familia y actitudes de los padres.
Aunque la preocupación de algunos padres inicia cerca de los tres años, algunas de las primeras señales en problemas con el habla surgen desde el año de vida al identificar que el pequeño no usa gestos. Asimismo, a los 18 meses ya debería emitir sus primeras vocalizaciones; sin embargo, no es lo único a considerar, pues a esta edad también debería entender oraciones e imitar ciertos sonidos; de no hacerlo y preferir comunicarse con gestos, hay que buscar ayuda.
Asimismo, a los dos años los niños ya deberían ser capaces de pronunciar palabras e incluso emitir frases, aún si no son claras del todo. Es por ello que debe haber preocupación por parte de los cuidadores cuando su hijo solo imita lo que ve, usa palabras o sonidos repetitivos, no puede comunicar más que sus necesidades inmediatas o es incapaz de seguir instrucciones. Todo lo mencionado podría tratarse por problemas del habla o por otras cuestiones de salud, como las auditivas.
«Muchos niños con retrasos del habla tienen problemas orales-motores. Estos ocurren cuando hay un problema en las áreas cerebrales responsables de la producción del habla. Esto dificulta que el niño coordine labios, lengua y mandíbula para emitir los sonidos del habla. Estos niños pueden tener otros problemas orales-motores, como dificultades para alimentarse», explica Kids Health.
Claro que no son los únicos y también se presentan problemas auditivos que afectan el habla, así como infecciones de oído que muchas veces son crónicas y que pueden afectar a la audición. Por otro lado, es importante destacar que los problemas del habla y del lenguaje también se pueden relacionar a una falta de estimulación a los pequeños, es decir, que no se les hable ni fomente la repetición de palabras para que comiencen a hablar.
Fuente: El Heraldo de México