Padres reclaman que el fiscal Alejandro Gertz se haya negado a atenderlos
En vísperas de un aniversario más de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, padres y compañeros de los estudiantes protestaron ayer frente a la Fiscalía General de la República (FGR), para exigir justicia y su aparición con vida.
Los manifestantes lanzaron piedras, cohetones y petardos, y agredieron a policías de la Ciudad de México que resguardaban la sede de la FGR; 11 uniformados resultaron heridos, ninguno de gravedad.
Dicha protesta es parte de la jornada Por los Caminos de la Vida, que padres de los normalistas realizan desde hace unos días, previo al octavo aniversario de la desaparición de los jóvenes, el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Portaron pancartas y lanzaron su grito: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Además, reprocharon que el fiscal general Alejandro Gertz se haya negado reiteradamente a atenderlos.
Vidulfo Rosales, uno de los representantes legales de los normalistas, acusó que la detención del exprocurador Jesús Murillo Karam fue una estrategia mediática del gobierno para ganar tiempo.
Pidió una explicación a Gertz sobre la tardanza para cumplir con las órdenes de aprehensión que hay pendientes por el caso. “Lejos de eso despliega la fuerza policial para evitar que podamos llegar a las puertas de la fiscalía. Otra vez la cerrazón de las instituciones, esa es la verdadera cara de Gertz Manero que hoy despliega la fuerza”, insistió.
Los normalistas hicieron pintas, al igual que lo hicieron un día antes en la embajada de Israel en México, donde exigieron la extradición de Tomás Zerón, extitular de la Agencia de Investigación Criminal.
Cuando la protesta estaba por concluir y los padres y normalistas subían a los más de 20 autobuses en los que llegaron, un grupo de jóvenes con el rostro cubierto lanzó piedras, cohetones y petardos a los policías.
Al final el contingente se retiró y en el lugar quedaron 11 policías heridos, quienes tuvieron que ser llevados al hospital para ser atendidos por heridas expuestas por los golpes de piedra y esquirlas de los petardos.
Fuente: El Financiero