lunes, noviembre 11

Aumentan picaduras: Tren Maya ‘alborota’ a la mosca chiclera en Q. Roo

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Lázaro Cárdenas y Benito Juárez han registrado un aumento de casos promedio de 400 por ciento.

Mal llamada como la enfermedad de los pobres, la leishmaniasis cutánea presenta un aumento exponencial en Quintana Roo y ya no es exclusivo de municipios con alta actividad agropecuaria.

De hecho, los mayores aumentos son en los municipios del norte, que históricamente han reportado solo unos cuantos casos.

La leishmaniasis se trata de una enfermedad parasitaria transmitida por la llamada “mosca chiclera” que vive en las zonas selváticas del estado, no es capaz de trasladarse a grandes distancias y tiene mayor actividad por las tardes.

Ubicados sobre los cientos de kilómetros del tramo del Tren Maya, municipios como Lázaro Cárdenas y Benito Juárez han visto un aumento promedio de 400 por ciento, solo en el último año.

El primero tenía, por ejemplo, cinco casos en 2018. En 2019, la cifra llegó a 15. En 2020 no hubo reportes y en 2021 se sumaron 10 pacientes. En 2022 esta afectación alcanzó a 50 personas.

Hace un par de años, Benito Juárez reportaba menos de una decena de casos. En 2021 reportó 19 pacientes. Un año después en 2022 cerró con un total de 90 casos, de acuerdo con las cifras preliminares de la Secretaría de Salud.

La leishmaniasis provoca en los pacientes una o más lesiones en la piel que pueden cambiar de tamaño y apariencia con el tiempo, pueden comenzar como una pápula redondeada, sin dolor, que aumenta progresivamente de tamaño y se ulcera. Los casos más graves pueden llegar a amputaciones.

Algunas de las víctimas de esta enfermedad han sido trabajadores del Tren Maya. El año pasado, por ejemplo, un empleado encargado de la supervisión de trabajos en el tramo 5, enfrentó una verdadera odisea para conseguir el medicamento contra el padecimiento.

Solidaridad y Tulum son otros dos municipios donde también se han visto aumentos exponenciales en la cantidad de casos. En este último se construye no solo el Tren Maya, sino el Aeropuerto Internacional ubicado en una zona selvática virgen.

Para Melina Anaid Mendoza Flores, integrante del Colegio Médico de Quintana Roo, normalmente la presencia de esta mosca y la enfermedad es en áreas agrícolas.

“Normalmente se presenta en áreas agrícolas donde principalmente, las personas tienen actividades de exposición a la siembra, cosecha, árboles, precisamente chicleros que pues todo esto favorece que haya más mosquitos. Sin embargo, entre más nosotros como personas nos exponemos a las áreas o acudimos a áreas que normalmente estaban vírgenes, nos estamos exponiendo hacia este mosquito”, señala.

Al aumento de casos se juntó con otro problema. La glucantime, que mata la larva que deja la mosca, es una sustancia controlada, cuyo uso es exclusivo de las autoridades sanitarias responsables de vigilancia epidemiológica.

Hasta la semana pasada, Quintana Roo no contaba con ninguna dosis, a pesar de que 2022 cerró con casi 700 casos confirmados. Un año antes en 2021, únicamente se reportaron 272 casos. El aumento es de un 155 por ciento.

Novedades solicitó en varias ocasiones la postura de Flavio Carlos Rosado, titular de la Secretaría de Salud sobre el aumento exponencial de los casos, sin embargo, no hubo respuesta.

La dependencia se limitó a informar esta semana que ya llegó a Quintana Roo 7 mil 320 dosis de glucantime. Los datos de la autoridad señalan que únicamente 385 de los registrados en 2022 requieren la aplicación del medicamento. A esos se suman otros 31 de este año.

¿Qué es la Leishmaniasis?

La Leishmaniasis se trata de una enfermedad parasitaria transmitida por la llamada “mosca chiclera” que vive en las zonas selvática del estado, no es capaz de trasladarse a grandes distancias y tienen mayor actividad por las tardes.

El periodo de incubación en los seres humanos es de dos a tres meses en promedio.

Las personas con Leishmaniasis presentan una o más lesiones en la piel que pueden cambiar de tamaño y apariencia con el tiempo, pueden comenzar como una pápula redondeada, sin dolor, que aumenta progresivamente de tamaño y se ulcera.

Las autoridades sanitarias recomiendan reducir el contacto con los vectores transmisores, uso de repelentes de insectos por lo menos cada dos horas, utilizar prendas de vestir que cubran brazos, piernas y rostro para disminuir el riesgo de picadura. (Con información de Benjamín Pat / Fernanda Duque)

Fuente: Novedades Quintana Roo

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