Regular arribo de las familias en los parques acuáticos
Un domingo de mucho calor y fuerte sol se vivió en la ciudad, por lo que algunos meridanos no dudaron en visitar los espacios recreativos con piscina o juegos de agua.
Curiosamente las altas temperaturas hicieron que la mayoría se quedara en casa o quizá optaron por acudir a las plazas comerciales que tienen aire acondicionado
Así, lugares como el Splash Pad en el fraccionamiento Juan Pablo II y el Acuaparque, que normalmente lucen repletos, no estaban tan llenos como en otras ocasiones.
Cuando el reloj marcaba las 12 del día, el Splash Pad sólo tenía en sus instalaciones a dos pequeños que jugaban con los chorros de agua, y aunque más tarde se unieron algunos más, apenas unos 10 disfrutaron del lugar por un rato.
El Acuaparque registró un número mayor de visitantes, pero no de manera masiva como cuando se inauguró el espacio en Semana Santa, en abril pasado.
Ayer unas 30 personas, entre niños y adultos, se encontraban dentro de las albercas. En la parte superior, donde se tiene la primera piscina, niños jugaban mientras sus padres los vigilaban sentados bajo un árbol y consumían granizados.
Fue en las piscinas de la parte baja donde se juntó el mayor número de personas, que no pasaron de tres decenas. Esto hizo que pudieran disfrutar con más comodidad del espacio.
Niños y adolescentes prefirieron darse un chapuzón en las aguas frescas de la alberca, pero también algunos papás y mamás se animaron a meterse, estaban remojados en la piscina, semi recostados y disfrutando del momento.
Quienes parecían gozar más fueron los niños que una y otra vez se tiraban de la resbaladilla, a manera de tobogán, que termina en el agua.
Se arrojaban al agua y al caer salían de la piscina y subían las escaleras para resbalarse de nuevo, y así, una y otra vez.
En los alrededores sentados en piedras y buscando algún resquicio de sombra, algunos familiares que los acompañaban y que no se metieron al agua, esperaban y observaban a los pequeños.
Lucía Torres, quien acudió ayer con su familia al sitio, contó que es la primera vez que acuden.
Ella fue con su esposo y sus cinco hijos, y todos decidieron darse un chapuzón. Llegaron a las 10:30 de la mañana y poco después de las 12 ya estaban por retirarse.
La señora considera que faltan más espacios para que los papás o familiares que no se meten a las piscinas tengan donde sentarse, pues a falta de asientos o bancas se tienen que sentar sobre las piedras y tratando de buscar un poco de sombra.
“También hace falta más agua”, dice entre risas, y es que cuando llegaron al lugar sólo tenían agua la piscina de la parte superior y la primera de abajo, donde desemboca la resbaladilla.
Lucía señala que si es domingo y saben que las personas acudirán a hacer uso del espacio deben llenar todas las piscinas desde temprano, pero dos estaban prácticamente vacías. Fuera de esas recomendaciones, siente que el espacio es bonito y agradable.
Manuel Segovia fue otro de los visitantes del Acuaparque, junto a su esposa y cinco hijos, la mayor de 12 y el menor de dos, sólo que en este caso él no se metió al agua ni su hijo más pequeño, por lo que era uno de los que estaban sentados en una piedra esperando a sus familiares.
Es vecino de Polígono San Pedro, pero era la primera vez que acudía al sitio.
Según indica, se requieren más árboles que den sombra alrededor de las albercas y bancas, en las que pueden sentarse quienes no se meten al agua.
Eso sí, dice que sus hijos y esposa que se metieron al agua estaban contentos y disfrutando del momento.
Liliana Solís acudió con sus dos hijos y esposo. No sabían del espacio hasta que un día lo vio en Facebook, así que el domingo pasado acudió con su familia y les gustó tanto que ayer regresaron.— IRIS CEBALLOS ALVARADO
“Trajimos comida para alimentar a los patos y luego venimos al área de albercas”, comenta.
Ella no se metió al agua, pero sentada bajo la sombra de un árbol veía a sus dos hijos y esposo que estaban jugando en la alberca.
Liliana resalta que hacen falta en el sitio palapas para que haya más sombra, así como bancas donde sentarse. Llegó con su familia a las 11:30, pero estuvo en el sitio una hora y se retiró, “sólo venimos a que se dieran un chapuzón”.
Fuentes: Diario de Yucatán.