Reino Unido apoya a Ucrania: le envía misiles de crucero para enfrentar a Rusia
Este es el primer envío de armamento que se da a conocer por parte de Reino Unido para apoyar a Ucrania en la guerra con Rusia.
El secretario británico de Exteriores, Ben Wallace, anunció el jueves el envío de misiles de crucero de largo alcance a Ucrania para ayudar en la lucha contra las fuerzas rusas. Es el primer envío conocido de este tipo de armas que Kiev reclama a sus aliados desde hace tiempo.
Reino Unido donará misiles Storm Shadow, que tienen un alcance de más de 250 kilómetros, dijo Wallace a legisladores en la Cámara de los Comunes, aunque no especificó la cantidad. Los proyectiles “están en el país o de camino”, apuntó Wallace.
El primer ministro, Rishi Sunak, prometió en febrero que Reino Unido sería el primer país en dar a Kiev estas armas de largo alcance.
Los misiles darán a Ucrania la capacidad de llegar mucho más allá de las líneas del frente, incluyendo a Crimea, la península anexionada por el Kremlin.
Ucrania solo se defenderá de Rusia
Según los medios británicos, las autoridades ucranianas se han comprometido a no emplear los proyectiles para atacar territorio ruso.
Wallace indicó que los misiles se utilizarán para hacer retroceder a las fuerzas rusas en “territorio soberano ucraniano” e indicó que el respaldo de Londres a Ucrania es “responsable, calibrado, coordinado y ágil”.
“Sencillamente, no nos quedamos de brazos cruzados mientras Rusia mata a civiles”, indicó el ministro, añadiendo que las autoridades británicas no revelarán si se impuso algún tipo de limitación al uso de los misiles.
Kiev recibió de forma positiva el envío de estos misiles por parte de Reino Unido, los cuales serán utilizados en el frente de batalla. El armamento es de fabricación conjunta entre Reino Unido y Francia.
Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, reconoció que necesita más tiempo para preparar su contraofensiva hacia Rusia.
Recalcó que habría mayor pérdida de vidas si siguen avanzando con el armamento que tienen las tropas ucranianas.
Fuente: El Financiero