La importación de fibra de henequén de Brasil le ha dado la puntilla al Oro Verde en la Entidad con el cierre de cuando menos 15 desfibradoras, lo que afecta a más de 15 mil campesinos de decenas de municipios, principalmente de las regiones Litoral Centro, Centro y Oriente de Yucatán.
Este problema se agravó en Baca, donde esta semana cerrarán las dos desfibradoras existentes, dejando sin empleo a más de 150 familias de manera directa y a campesinos henequeneros de cuando menos siete municipios.
José Antonio Lara Ferrera, propietario de la desfibradora San Carlos, apuntó que hoy cerrarán a consecuencia de no poder vender las pacas de sosquil, por lo que dejará sin empleo a poco más de 100 familias que dependen directamente de la empresa.
A su vez, Roger Ferrera Rufino, dueño de la desfibradora Santa Rita, señaló que cerrarán este viernes después de raspar las últimas 100 mil hojas de henequén, lo que afectará a 50 familias de campesinos.
Es importante señalar que las bodegas de las plantas desfibradoras de San Carlos y Santa Rita se encuentran llenas de pacas de sosquil, por lo que los campesinos tienen la esperanza de que al venderse su producto puedan recibir su respectivo pago.
El cierre de estas desfibradoras en Baca afectaría a los productores de este municipio, así como de Sinanché, Motul, Suma, Telchac Pueblo y Dzemul, entre otros, quienes aún se dedican al cultivo de las hojas de henequén y se quedarán sin ninguna fuente de empleo.
De acuerdo con los propietarios de las desfibradoras, desde que empezó a llegar la fibra de Brasil y de otros países, en especial de África, les ocasionó un fuerte daño, lo que les representa pérdidas millonarias y afecta la economía familiar de los henequeneros.
Incluso, el presidente del Frente Unidos de Campesinos de Yucatán, Roberto Balam, apuntó que el cierre de las plantas desfibradoras del Estado de Yucatán afectaría a poco más de 15 mil trabajadores que se dedican al cultivo del henequén u Oro Verde, que por años han sacado adelante a sus familias.
Roberto Balam señaló que este problema ya se lo hicieron saber al secretario de Desarrollo Rural, Jorge Díaz Loeza, y al director de Agricultura, Manuel Bolio García.
Por su parte, Benito Can May, oriundo de la comisaría de Kopté y que por años se ha dedicado a la compra de hojas de henequén, dijo ser uno de los más afectados por la llegada a Yucatán de la fibra de henequén y el hilo procedentes de Brasil, daño que está afectando la economía familiar de cientos de familias.
Se pudo averiguar que poco más de 15 desfibradoras del Estado han dejado de trabajar, a pesar de que sus bodegas están repletas de pacas, ya que ante la competencia se están quedando con su producto al no tener a quién venderlo, por lo que piden al Gobierno del Estado, así como al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que tomen cartas en el asunto, por la situación crítica que enfrentan los campesinos y los dueños de las desfibradoras.
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Fuente: PorEsto!/Francisco Martín