Eclipse solar en Yucatán: Estas son las creencias mayas más extrañas sobre este fenómeno
Debido al próximo eclipse anular de Sol que se registrará en Yucatán el 14 de octubre, se han desempolvado diversas creencias que prevalecen en las comunidades del interior del Estado, especialmente entre las mujeres mayores de edad, quienes las comparten con las nuevas generaciones a través de relatos.
Dos son las supersticiones que han perdurado en la Entidad y que se cuentan en estos días. La primera involucra a las mujeres en estado de gestación, quienes deben protegerse del fenómeno astronómico, y la segunda refiere a realizar ciertos ritos para evitar que el Sol se coma a la Luna.
Eggie Koh, vecina de Sinaché, recordó que sus antepasados le advirtieron que cuando una mujer está embarazada es sumamente importante que se proteja el vientre cuando ocurre un eclipse, ya sea de Sol o Luna, pero sobre todo debe evitar rascarse.
Según explicó, recomienda colocarse alrededor del vientre un listón rojo y una llave antigua. Además, dijo que aunque la mujer tenga comezón debe aguantársela para prevenir que el bebé nazca con una mancha conocida popularmente como chibaluna.
“Mi abuela, que se dedicó a la medicina herbolaria, nos contaba que cuando el eclipse es solar, la chibaluna del menor aparece de color rojo, y cuando es lunar, de tono oscuro. Todo depende de la zona del cuerpo que se toque la mujer. Es verdad, yo lo comprobé, pues a pesar de que me puse el cinto y la llave alrededor del vientre, no aguanté la comezón y me rasqué, cuando nació mi hija en la zona que toqué ahí mismo le salió una pequeña mancha”, relató la pobladora y agregó: “El problema es que si la persona no lo sabe, no se va a tocar; pero si lo sabe, su mente hace que le dé picazón y se frote el cuerpo”.
Yulissa May, sinanchense de 22 años que tiene cuatro meses de gestación, apuntó que desconocía el consejo sobre el listón para protegerse, ya que durante su primer embarazo solamente procuró no rascarse para que su primogénita no tuviera alguna chibaluna o lunar con vellos. Sin embargo, señaló que al parecer su madre no evitó frotarse: “En mi cara tengo una chibaluna roja, cuando estoy expuesta mucho tiempo al Sol se marca un poco, cuando era niña se notaba más”, compartió.
María Naal, de 68 años y originaria de Peto, señaló que aún sigue los consejos que su madre le dio sobre la llegada de los eclipses. Indicó que también sabe acerca de la idea de no rascarse, aunque la protección varía un poco: “Como medida preventiva se les dice a las embarazadas que con la ayuda de un alfiler deben amarrarse una cinta roja alrededor de la barriga”, explicó.
Por otra parte, algunos pobladores tienen la creencia de que durante un eclipse el Sol devora a la Luna. Por ejemplo, en Chocholá, el campesino de 83 años, Emilio Quintal Medina, narró: “Una vez era mediodía y el Sol resplandecía, pero de pronto oscureció por 10 minutos, como si hubiera llegado la noche. La gente comenzó a tocar sus latas o utensilios de cocina, porque el Sol se estaba comiendo a la Luna y creían para que dejara de hacerlo tendría que oírse ruido”.
Mientras que la octogenaria Bertha Chuc Pinzón, pobladora de Acanceh, señaló: “Nos enseñaron que un eclipse es como un pleito entre el Sol y la Luna. Si esta queda negra es porque el Astro Rey logró comérsela y para evitarlo la gente debe hacer ruido, ya sea golpeando latas o trastes, el caso es asustar al Sol o a la Luna cuando se están peleando”, apuntó la abuelita.
Benita Chan Itzá, también de Acanceh, recordó que hasta hace unos 20 años, cuando se informaba que habría un eclipse, ella se ponía de acuerdo con sus hermanas y cuñadas para reunirse en una de casa donde en conjunto hacían ruido y de esta manera espantaban al Sol que pretendía comerse a la Luna.
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Fuente: PorEsto!/Carlos Chan Toloza, Gaspar Ruiz, Isaí Dzul, José Quintal Arjona