sábado, octubre 12

Mayas temían a eclipses y tenían estos rituales de protección

0
1108

Conoce cómo los mayas yucatecos concebían los eclipses en la antigüedad

Este sábado 14 de octubre en Yucatán podremos apreciar un eclipse solar anular que trae consigo el recuerdo de creencias y prácticas mayas respecto a este fenómeno.

En la cosmovisión de algunos pueblos mayas los orígenes de los eclipses tienen que ver con animales míticos salvajes y malos que quieren comerse a los astros del día y la noche.

A estos animales se les denomina Xulab y lo curioso es que también así se le llama a Venus y no solo por los mayas yucatecos, sino también por los K’ekchis y Mopanes.

El planeta Venus es entendido como el amante de la Luna que intenta comerse al Sol y causa los eclipses.

Con el paso del tiempo la creencia de animales malos fue cambiando por la idea de que el mismo Diablo o Kakaz-baal (diablo en maya) intenta devorar al Sol.

Las ideas del Sol siendo devorado están presentes en los códices de Dresde y el de Madrid, pues ahí se observa a una serpiente o monstruo comiendo al Sol, que se puede interpretar como registro de un eclipse en los códices mayas.

Respecto a la cultura maya, también pensaban que los astros tenían una relación en la que el fin era juntarse por la atracción que se tenían; esto se puede consultar en el Chilam Balam de Chumayel, que explica el origen de los eclipses.

Por otro lado, la doctora Martha Nájera comenta que el pueblo maya se atemorizaba por los eclipses, pues se pensaba que el dios Sol moría, por lo que su método de defensa era hacer una pintura que tenía como fin recrear de manera simbólica la imagen del Sol que estaba desapareciendo, para después hacer un ritual que ayude al Sol a surgir de la oscuridad.

Hacían ruido

Cuando se producía un eclipse lunar, entre los mayas yucatecos del siglo XVII era común hacer ruido para ayudar al astro en su tránsito: provocaban que los perros lloraran y aullaran, o bien, las personas hacían ruido con objetos como latas, metales o maderas.

Esta práctica era muy común tanto en Yucatán como en Campeche y Quintana Roo, y aún se practica en algunas localidades.

De forma contemporánea se ha visto que los eclipses llegaron a trastocar las actividades cotidianas como en la caza o preparación de alimentos, un claro ejemplo fue el eclipse de 1991, pues en Maxcanú las mujeres no tortearon, ya que pensaban que si lo hacían las piedras del fogón quedarían suaves desencadenando un mal augurio.

En cuanto a los hombres, ese día no fueron a la milpa ni a cazar pues creían que los animales podían tomar actitudes distintas y llegar a herir a alguien.

Presagios y protecciones

Los eclipses eran tomados por algunos pueblos mayas como presagios de cosas malas, claros ejemplos podrían ser la llegada de escarabajos.

Estos insectos eran considerados negativos pues nacen dentro del estiércol y se creía que podían comer los árboles y piedras, acabando así con todo el sustento, también se pensaba que las hormigas míticas Xibal atacaban al Sol para comérselo.

Amuletos

Durante los eclipses se emplean diferentes tipos de amuletos, que se creen que cuidan o protegen el cuerpo o la energía, por ejemplo algunas mujeres embarazadas se colocan un pañuelo rojo atado a la cintura, pues al ser un color caliente contrarresta el frío del eclipse.

Se usan metales en forma de cruz sobre el estómago, pueden ser clavos, llaves o incluso ganchos, todo esto con el fin de protegerse de las fuerzas dañinas.

Así que ya lo sabes, en todo el Mayab existieron creencias llenas de misticismo respecto de los eclipses, que nos dan cuenta de la rica cosmovisión de dicha cultura.

Fuentes: Novedades Yucatán.

Leave a reply