viernes, noviembre 22

En México, 10% de los recién nacidos padecen de autismo: Clínica de Autismo CdMx

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La Clínica de Autismo brinda atención en el área psicológica para abordar los aspectos emocionales y después ingresa a terapia de lenguaje.

Scott es un niño de ocho años que vive en un mundo “perfecto”, donde todo es literal, no hay bromas ni malas palabras; desde muy pequeño disfrutaba los ruidos que producían la licuadora y la batidora, además de sufrir constantes llantos por hasta dos horas seguidas. Un mundo llamado Síndrome de Asperger.

Irma Montiel González, su abuela, cierra los ojos al recordar el nacimiento de Scott. “No estaba yo preparada para tener un nieto así; cuando yo lo vi dije ‘ay mi bebé es hermoso, precioso, es el más lindo del mundo’; cuando descubrimos que tenía algo en especial, pues yo dije, Scott es diferente”, evoca.

Así como Scott, 1 de cada 10 recién nacidos en nuestro país padecen Trastorno del Espectro Autista (TEA), de acuerdo con Andrés González, fisioterapeuta pediátrico de la Clínica de Autismo de la Ciudad de México.

Carla Sosa, psicóloga de la Clínica de Autismo capitalina, subraya que el TEA es una condición que no tiene cura, ya que se trata de un padecimiento neurosiquiátrico que se caracteriza por tener dificultades para interpretar claves sociales, entre ellas el mantener una conversación.

Agregó que el TEA son discapacidades del desarrollo causadas por una disfunción en el cerebro, el cual tiene múltiples causas que, al actuar juntas, afectan en el comportamiento, comunicación, interacción y aprendizaje de las personas.

En el país existen casos inspiradores, uno de los más recientes es el de Adhara Pérez, una niña con un coeficiente intelectual (IQ) de 162, superior al de Albert Einstein y Stephen Hawking, quien a sus 11 años se encuentra estudiando una maestría en matemáticas en la Universidad Tecnológica de México.

Señaló que este trastorno se puede tratar para regular las sensaciones de las infancias y disminuir los síntomas, esto con el objetivo de que los pacientes puedan lograr autonomía, funcionalidad e integrarse en sus actividades diarias y escolares.

Para Sosa, el caso de Scott representa un gran avance, pues “los pacientitos que llegan aquí no saben decir qué les duele, dónde les duele, si necesitan comer, si necesitan dormir. Y con este paciente hemos logrado todos estos retos y ha podido ya expresar estas necesidades”. Aquí, un diálogo que evidencia esa mejoría.

Fuentes: Milenio.

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