Jugar ‘Doom’ en bacterias intestinales es posible: el problema es que para completarlo se requieren 599 años
‘Doom’, el juego lanzado en 1993, es conocido por poder funcionar en prácticamente cualquier dispositivo con pantalla, como en cajeros automáticos, en la touch bar de las MacBook Pro, o en equipos más inverosímiles como pruebas de embarazo, tractores y hasta en bloques de LEGO.
Una de las más recientes plataformas para jugar ‘Doom’ es la desarrollada por la estudiante de doctorado en biotecnología del MIT, Lauren Ramlan, quien diseñó una pantalla de 32×48 de 1 bit compuesta de bacterias intestinales E.coli, donde cada una de las bacterias funcionaba como un pixel individual que se podía iluminar usando una proteína como material fluorescente.
Así funciona ‘Doom’ usando bacterias E.coli
De acuerdo con Ramlan, este sistema permite aprovechar las bacterias para proyectar en un monitor diminuto el juego, ya que aún la ciencia no llega al punto de poder mostrar código en materia biológica.
Esta solución tiene varios trucos. Para empezar la estudiante redujo el juego a su mínima expresión, bajando la resolución de los fotogramas a 32×48 pixeles y simplificando su resolución a únicamente blanco y negro.
La presentación del juego también trae varias características «únicas». Cada célula tarda 70 minutos en iluminarse y ocho horas con 20 minutos en volver a su estado inicial de «apagado», por lo que para mostrar cada cuadro individual se requieren ocho horas y media.
Como resultado, según indica la propia Ramlan, para poder jugar ‘Doom’ en bacterias intestinales E-coli se requieren 599 años, considerando que en promedio el título tiene una duración de cinco horas y el juego se ejecuta a un máximo de 35 cuadros por segundo.
Aunque para muchos puede ser uno de los métodos más «portables» diseñados hasta ahora para jugarlo, quizá lo ideal sea seguir disfrutándolo en sitios dispositivos más convencionales, como una calculadora, o directamente en el smartphone.
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Fuente: Xataka México