viernes, noviembre 29

Extienden extorsión a aguacateros; se encarece el precio en 133%

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Además de cobrar por el derecho a sembrar el fruto y por kilo cosechado, los criminales en Michoacán fijan un “impuesto” a empacadores.

El mercado nacional para el aguacate michoacano es muy atractivo para los productores, sin embargo, esta fruta también llamada “oro verde”, se ha encarecido más de 100% derivado principalmente de las extorsiones que cobra el crimen organizado.

Alberto Guerrero Baena, experto en seguridad, denomina esta práctica de los grupos delictivos como “impuestos ilegales” de los que no se salvan dueños de huertas, empacadores, exportadores y transportistas.

«Número uno, el derecho de piso, obviamente muchos de los productores, sobre todo productores que están en las huertas, tienen que pagar un derecho de piso para poder sembrar en su propia propiedad, valga la redundancia. Los grupos criminales llegan, les piden una cuota, les piden un determinado cobro por el peso. En este caso estamos hablando de que se cobra un determinado porcentaje por kilo de aguacate que se va a comercializar”, comentó Guerrero Bahena en entrevista con Excélsior.

De acuerdo con Alberto Guerrero, otra imposición de los grupos armados a quienes producen, empacan y exportan aguacate es abastecer combustible en determinadas gasolinerías, donde los criminales también extorsionan a concesionarios de las estaciones de servicios.

«Muchas, muchas gasolinerías están cooptadas por el crimen organizado y obviamente muchos de estos productores tienen que consumir el combustible en esas gasolinerías, porque al final son las que están en la localidad. También se les cobra un determinado porcentaje por el tamaño del vehículo en el cual se traslada el fruto y también por el peso”, explicó el especialista.

Entre 100 y 140 pesos por kilo se oferta el aguacate en el Mercado de Abasto, cuando a principios de año el costo por kilogramo no superaba los 60 pesos.

Alberto “N” es productor de “oro verde” desde hace 30 años. Involucrado en todos los procesos para la exportación y distribución en el mercado local, este hombre lamenta cómo el crimen organizado se ha metido hasta las entrañas de esta actividad económica.

Entrevistado por este diario, Alberto prefiere guardar el anonimato para no correr riesgos “porque los delincuentes están metidos en las huertas, los empaques y los camiones transportadores de aguacate”.

«Así es que mejor platicamos desde el anonimato para no correr riesgos, porque si me identifican me van a matar o, si bien me va, alcanzo a huir del país”, expresó el aguacatero.

Michoacán es el principal productor de aguacate; los ingresos son multimillonarios y al menos 40 municipios dependen de esta actividad productiva.

Cuando iniciaron las exportaciones de aguacate a Estados Unidos en 1997, la producción de aguacate se hizo muy atractiva y se multiplicaron las huertas en Uruapan, Tacámbaro, Ario de Rosales, Salvador Escalante, Los Reyes y Tancítaro”, recordó Alberto.

Pasaron los años y la producción de aguacate se hizo más lucrativa; entonces llamó la atención de grupos delictivos que vieron en esta fruta una oportunidad de ingresos.

«En el año 2000 los aguacateros de Michoacán vivían muy bien y muchos de ellos convivían con los narcotraficantes; todos se sentían seguros porque nadie los molestaba”, asegura en el entrevistado.

LUCHA ENTRE NARCOTRAFICANTES DETONÓ CAMBIO NEGATIVO

Según Alberto, el buen ambiente para el sector aguacatero empezó a cambiar para mal cuando se desató la lucha entre el Cártel del Milenio, liderado por Armando Valencia, y un grupo de narcotraficantes locales encabezado por Carlos Rosales Mendoza.

«Con la pelea a balazos entre los dos grupos la región aguacatera se volvió insegura primero y después en un escenario de extorsiones para financiar a los grupos armados”, aseguró.

Hoy el crimen organizado sabe cuánto aguacate se corta en cada una de las huertas, también la cantidad que se exporta y cuántos vehículos están involucrados en el transporte tanto hacia Estados Unidos, como al mercado local.

«La extorsión a la industria del aguacate es un negocio cuyas ganancias para los bandidos superan los 50 millones de dólares”, asegura Alberto. “Por eso los criminales se matan para controlar el corte, empaque, exportación y transporte”, agrega.

Asevera que los criminales son prácticamente una sombra de los inspectores del Departamento de Agricultura de EU, porque saben exactamente cuánta fruta se corta, cuántas cajas se empacan, lo que se exporta y lo que se distribuye en todo México”, expone.

Además, el precio de aguacate nacional lo determina la exportación, aseguran comerciantes.

PRECIO DEL “ORO VERDE”, REGIDO POR LA EXPORTACIÓN
Gonzalo Paz Torres, comerciante de la Central de Abasto de Morelia, asegura que, lamentablemente, el precio del mercado nacional de aguacate se rige por el precio de exportación, la demanda que los estadunidenses hacen de este fruto michoacano, y aunque esté elevado el precio por kilo, la gente en la entidad y todo México lo compra, pero en menor cantidad, depende la época del año.

«Pues mira, ahorita el tema del aguacate es un tema medio complejo porque año con año, desde el mes de mayo empiezan a subir el precio del producto. Hasta septiembre, que normalmente sale la floración del aguacate, es que empieza a bajar el precio”.

Afirma que durante las recientes semanas el precio por kilo de aguacate llegó a los 83 pesos, aunque hay otros años en que se ha elevado a los 100 pesos. Actualmente fluctúa entre los 65 y 75 pesos, “dependiendo del tamaño y la calidad de la fruta. Porque hay frutas que son primera y extra, frutas segundas, frutas terceras, fruta cuarta. Entonces, dependiendo del tamaño, es el precio”.

Continúa la explicación sobre el mercado, “pero siempre cada año, como se escasea la fruta a partir de mayo hacia adelante, la fruta se escasea y se sube”, tras el paro en la exportación de aguacate michoacano por parte de las autoridades estadunidenses “en lo que volvió a abrir, eso se hizo un caos porque se quedó mucha fruta cortada en los empaques, no se exportó, se quedó para nacional”.

Gonzalo también afirmó que, en Morelia, no hay extorsión a los comerciantes. “La verdad, nosotros aquí en Morelia, gracias a Dios, no tenemos ese tema de las cuotas. ¿Para qué voy a hablar de más? Allá en la ciudad de Uruapan, Ario, Tancítaro, donde son los productores, la verdad ellos son los que le pudieran informar si están haciendo algún pago de cuotas. Nosotros, gracias a Dios, hasta ahorita no. Nosotros trabajamos normal, pagamos nuestros impuestos y todo normal”.

«Está muy caro, pero pues, como le digo, es debido a la oferta y la demanda. Nosotros, si compramos caro, pues tenemos que sacar los costos y la utilidad. “Esa es la situación”, indica.

Fuente: Excélsior

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