La muerte solitaria es un fenómeno que se ha ido suscitando sobre todo en países en donde tienen megalópolis, advirtió Enrique Rodríguez Balam, antropólogo social e investigador titular del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En algunas ciudades de Europa y Asia, como es el caso de Japón y Corea del Sur, el estilo de vida de las sociedades contemporáneas y modernas aunado a otro tipo de problemáticas hace que las personas adultas mayores mueran en soledad, dijo.
Algunos fallecen en sus casa si es que tienen la fortuna de tener una, en albergues o en la calles, sin apoyo familiar. Es decir, tienen una muerte solitaria.
Esto ha llamado la atención en estos países y en los gobiernos para tratar de llevar a cabo algunas acciones. En el caso de México, también ya se empiezan a ver este tipo de fenómenos sociales, en especial en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
Muerte solitaria en Mérida, Yucatán
El entrevistado dijo que los adultos mayores, en la vejez, experimentan estas circunstancias que los llevan a morir en soledad.
Detalló que el grupo donde se vive la muerte solitaria es de gente anciana. Este es un fenómeno social porque no radica tanto en la voluntad de la persona de aislarse, aunque posiblemente habrá casos, pero no es el común denominador.
Expuso que es una cuestión socio cultural que tiene que ver con un cambio en la estructura familiar, que se modifica con el paso del tiempo y hace que se rompan lazos que se tenían antes.
Dio un ejemplo. Una de las causas más recurrentes para explicar este fenómeno es la migración que existe del campo a la ciudad o a las grande ciudades capitales en busca de mejores oportunidades de vida y de empleo.
Esto obviamente lo que conlleva es a que haya un abandono en este caso de los hijos hacia los padres. Por otro lado, la forma de vida en las grandes ciudades hace que sea más difícil mantener ciertas estructuras familiares que antes se tenían. Antes, agregó, los hijos no solamente tardaban en irse de la casa de los papás sino inclusive se quedaban aún con esposas e hijos viviendo en el mismo solar de los municipios.
Era casi una tradición incluso entre los grupos mayahablantes del interior del Estado. Se tenía contemplado en el solar que los hijos vivirían no en la misma casa, sino en una contigua.
Explicó que eso se puede ver en algunos municipios. Cuando empiezan a migrar a las ciudades estos esquemas se empiezan a romper.
Otra cosa que ocurre es que con el crecimiento de las ciudades en lo poblacional y en su extensión se presentan varios problemas.
Primero que los hijos ya empiezan a buscar su propia casa o rentar una.
En Yucatán, agregó, la mayoría de los que alquilan o rentan una casa son gente de fuera pero ya empieza a darse más entre los mismos yucatecos que rentan o van buscando como sacar una casa financiada y se salen de la de sus papás.
Si la ciudad crece y se van a vivir como suele ocurrir a las afueras del Periférico, dijo, a eso se le suma el tema de la movilidad.
Cómo llegar a visitar a los papás. Todo este conjunto de factores que vienen determinados básicamente por los ritmos de vida modernos de las ciudades hacen que aquellos vínculos que existían antes se empiecen a modificar, sobre todo en los esquemas familiares.
Rodríguez Balam comentó que antes los abuelos reunían en una fiesta de cumpleaños a un conglomerado de 40, 50 personas, toda la familia extensa se juntaba.
Hoy en día cada eso va cayendo en desuso. Esto conlleva a que la gente adopte nuevos hábitos y los lazos familiares se modifiquen, la perspectiva de la vida cambie y llega un momento en el que ya no se le pone tanta atención a los padres y a los abuelos.
Además influye una crueldad del mundo moderno. Afirmó que ha cambiado la perspectiva que se tenía de respeto hacia los ancianos.
Ahora las sociedades relegan y aíslan a la gente mayor, sobre todo porque socialmente dejan de ser productivos para el mercado laboral, es decir, ya no le brindan algo al mercado laboral y sobre todo en el caso de padecer alguna enfermedad crónica también representa una carga para los hijos, nietos y familiares.
Eso deriva en un abandono, explicó.
Ven a los ancianos como una carga
Explicó que también puede darse el caso de que los adultos mayores, por alguna situación de enfermedad crónica o incluso de salud mental como demencia senil, tengan que aislarse o estar en un hogar de ancianos o en el peor de los casos, en la calle.
La gente los ve como una carga.
Todos esos factores, con la vida moderna, los nuevos estilos de vida y laborales, indicó, reconfiguran los lazos y estructuras familiares. Dijo que hoy no se ve igual una persona de 22 o 23 años que decida formar una familia.
No ve igual a sus padres y sus abuelos como quizá otros los vimos o los vivimos y esto va unido a cuestiones urbanas de una sociedad moderna que depende mucho del ingreso y que deja de lado la atención de los adultos mayores.
El investigador indicó que las muertes solitarias ocurren por todos estos factores de la vida moderna. En Yucatán todavía no representa un problema este fenómeno pero obviamente como pintan las cosas probablemente se vuelva un problema en no muchos años.
Dijo que la ciudad está creciendo, recibe una migración muy fuerte no solo del campo a la ciudad sino de otros estados de la república y hay oferta inmobiliaria.
Hace 20 o 30 años, señaló, o trabajabas en una escuela o en el gobierno, No había otra opción. Hoy existen formas digitales de laborar en casa y otras fuentes de empleo en las grandes ciudades.
25% de los adultos mayores viven solos
Expuso que la Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento en México indica que del 25 al 30 por ciento de las personas mayores en México vive sola.
Eso es algo que se puede observar incluso en la ciudad de Mérida. Por ejemplo, afirmó, en Santiago, antes de que llegaran “los gringos” a vivir en esa zona, se consideraba como un barrio donde vivía puro adulto mayor. Lo mismo pasaba en otras zonas de la ciudad.
Estas nuevas formas de reestructurar los lazos familiares hace que todo se vaya transformando y los mayores vayan quedando en el olvido o solos.
Comentó que esto se puede ver en las colonias Alemán e Itzimná y en Santiago, donde es común observar a ancianos caminando solos, o sentados en la puerta de su casa sin compañía.— Claudia Sierra Medina
Fuente; Diario de Yucatán