miércoles, febrero 12

Aranceles al acero, un “balazo en el pie” para EU, dice Ebrard

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El secretario de Economía indicó que las taifas son una mala idea porque México importa más acero y aluminio de Estados Unidos de lo que exporta.

La imposición de aranceles generales del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tienen justificación, porque carece de “sentido común” y representa “un balazo en el pie”, dijo el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.

En la conferencia de prensa matutina, el funcionario puso énfasis en que imponer aranceles es “una mala idea”, porque México importa más acero y aluminio de Estados Unidos de lo que exporta.

Explicó que la instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum es realizar consultas con la nueva administración del presidente Trump para presentarles esta información.

“¿Cuáles son los argumentos en México? Los que les acabo de presentar, porque esto dice a veces el presidente Trump: sentido común. Bueno, le tomamos una palabra: sentido común, no un balazo en el pie, no destruir lo que hemos construido en los últimos 40 años”, agregó Ebrard.

En este sentido, el funcionario anticipó que la semana próxima buscará establecer comunicación con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el titular de la Representación Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), Jamieson Greer.

En tanto, Sheinbaum aclaró que la orden ejecutiva firmada por el presidente Trump aplica hasta el 12 de marzo. “Esto es importante. No es que a partir de hoy se establecieron los aranceles”, destacó.

En tanto, destacó que el secretario Ebrard presentará a sus contrapartes estadounidenses el argumento de que Estados Unidos no tiene un déficit con México en el caso del acero y el aluminio.

Piden represalias

En un comunicado, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) exhortó al gobierno mexicano a aplicar medidas recíprocas para defenderlos.

“Los aranceles amenazan el 75 por ciento de las exportaciones de acero mexicano, valuadas en 2 mil 100 millones de dólares, poniendo en riesgo empleos e inversiones clave en nuestro país. De no lograr la exclusión del acero mexicano de esta medida, será necesario aplicar represalias recíprocas sobre productos siderúrgicos estadounidenses”, advirtió el organismo.

En contraste, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que el sector privado optará por “agotar el diálogo” antes de tomar represalias.

“Hay buena comunicación, estamos en negociación, la presidenta muy comprometida, el secretario de Economía también muy comprometido, el canciller también y estamos trabajando”, explicó a medios.

En duda, futuro regional

Emilio Arteaga, socio de Vázquez Tercero & Zepeda, destacó que la imposición de aranceles por parte de la administración Trump plantea dudas sobre el futuro comercial en Norteamérica y las reglas de comercio establecidas.

“Será importante observar si estos aranceles son parte de una estrategia de negociación por parte de la administración Trump para ajustar el comercio con ciertos países realmente”, afirmó.

Además, advirtió que estas medidas podrían elevar los costos de las importaciones de materias primas y productos terminados, afectando a los consumidores finales.

Por su parte, Max Bonnell, profesor en la Universidad de Sydney y socio de la firma Henry William Lawyers, criticó la política arancelaria de Trump y su impacto en los tratados internacionales.

“¿Se acuerdan de los tratados comerciales? No se preocupen, nadie más lo hace”, ironizó Bonnell. El experto señaló que ahora los aranceles son una herramienta versátil para la administración Trump, utilizada para presionar a países como México y Canadá, pero cuestionó su efectividad real.

Por su parte, Moody’s Ratings alertó que los aranceles tendrían un impacto significativo especialmente para el sector automotriz, que contribuye con alrededor del 3.5 por ciento del PIB de México, pues “haría que esos productos fueran menos competitivos en el mercado estadounidense, lo que aumentaría el riesgo de una menor demanda, una caída de la producción y pérdida de empleos”.

Con información de Ana Martínez y Leticia Hernández.

Nota original aquí

Fuente: El Financiero

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