La advertencia proviene del especialista en seguridad vial y auditor en tránsito, René Flores Ayora, quien desde hace más de una década realiza un análisis estadístico con herramientas de Big Data para anticipar el comportamiento de la siniestralidad vial en el estado.
Este modelo predictivo, desarrollado con base en información histórica, ha demostrado ser preciso en los últimos años.
En 2022, Flores Ayora pronosticó 35 muertes durante el verano, y se registraron 36. En 2023 proyectó 32, aunque el número real fue significativamente más alto: 47 fallecimientos. Mientras que en 2024, nuevamente acertó al predecir 35 víctimas, cifra que se cumplió al cierre de agosto y se rebasó con un deceso más.
Ahora, para el verano del presente año, el modelo prevé 37 decesos, tanto de yucatecos como turistas que circularán por los caminos de la entidad.
Antecedente
Los datos que respaldan esta estimación no son menores. Tan solo entre enero y mayo pasados, más de 100 personas murieron en siniestros viales en Yucatán, y más de la mitad eran motociclistas.
Esta tendencia se ha consolidado en los últimos años: los motociclistas representaban el 45% de las víctimas en 2021, 48% en 2022, y en 2024 ya superaban el 60% del total, es decir, seis de cada diez fallecidos viajaban en motocicleta.
Este año, siguen siendo los motociclistas el número mayor de fallecidos, con más de 65 al cierre de junio.
Herramienta
En entrevista, Flores Ayora destacó que su modelo no es un pronóstico fatalista, sino una herramienta de prevención.
“El objetivo no es acertar en la cifra, sino evitar que se cumpla”, recalcó.
Por eso, lanzó un exhorto urgente a la ciudadanía, especialmente en estas semanas en las que aumenta el flujo vehicular en zonas turísticas, caminos federales y en la capital yucateca.
A este riesgo estacional se suma otro factor clave: la temporada de lluvias, que ya se hace presente en Mérida y en todo Yucatán.
Con precipitaciones frecuentes, la conducción se vuelve más complicada por la reducción de la visibilidad y la pérdida de adherencia en el pavimento mojado.
Ante ello, compartió algunas recomendaciones básicas para prevenir accidentes bajo la lluvia: mantener el parabrisas limpio y sin daños, asegurarse de que las escobillas del limpiaparabrisas estén en buen estado para evitar rayas y restos de agua, y utilizar una ventilación adecuada para desempañar los cristales —combinando aire acondicionado, calefacción y circulación interna.
Asfalto mojado
Además, recordó encender siempre las luces bajas para ver y ser vistos, evitando las luces largas cuyo reflejo en el asfalto mojado puede reducir aún más la visibilidad.
También aconsejó estar atentos a charcos para prevenir el peligroso acuaplaneo y verificar el agarre de los neumáticos sobre la carretera: un asfalto claro y liso refleja como cristal y tiene menos tracción que uno oscuro y rugoso.
Es vital aumentar la distancia de seguridad para reaccionar a tiempo ante cualquier imprevisto y, en caso de lluvias intensas, detenerse en un sitio seguro si la visibilidad se reduce drásticamente.
Para mayor seguridad, recomendó fijarse en las luces de los vehículos que circulan adelante y, si es posible, aplicar al parabrisas un tratamiento repelente de lluvia para mejorar la visión, sobre todo de noche.
Para reducir los riesgos, el especialista enfatizó que es fundamental respetar los límites de velocidad: 20 km/h en zonas escolares y hospitales, 30 km/h en colonias y centro histórico, 50 km/h en avenidas y 80 km/h en el Anillo Periférico.
Subrayó que el uso del casco en motociclistas es vital, siempre que esté correctamente abrochado y cuente con certificación de seguridad.
Asimismo, pidió encarecidamente evitar conducir bajo los efectos del alcohol, uno de los factores recurrentes en los siniestros fatales. Manifestó que el cinturón de seguridad debe ser utilizado por todos los ocupantes del vehículo, no solo por quien maneja, y que los niños deben viajar en sillas especiales adecuadas a su edad y talla.
El uso del celular mientras se conduce —aunque sea para enviar un mensaje o desbloquear la pantalla— representa un riesgo comparable al de manejar en estado de ebriedad.
De igual manera, recomendó revisar las condiciones mecánicas del vehículo antes de salir a carretera: frenos, llantas, luces y limpiaparabrisas, en especial ante la posibilidad de lluvias intensas en la región.
Este llamado se suma a los esfuerzos por alcanzar una de las metas globales planteadas por la ONU: reducir en al menos un 50% las muertes por siniestros viales hacia 2030. En Yucatán, esto solo será posible si autoridades y ciudadanos actúan en conjunto, reforzando la educación vial, la infraestructura segura y la aplicación de la ley.
“Las muertes viales no son accidentes inevitables. Son siniestros prevenibles que dejan una profunda huella en las familias y la sociedad. Aún estamos a tiempos de que esas 37 vidas no se pierdan, depende de todos”, concluyó Flores Ayora.— DARINKA RUIZ MORIMOTO
Nota original aquí
Fuente: Diario de Yucatán