Si bien se observa una recuperación respecto a los niveles más críticos registrados durante la pandemia de COVID-19, las condiciones estructurales que enfrentan muchas familias en el estado continúan siendo alarmantes.
El estudio indica que un 49.2% de la población yucateca vivía en pobreza, cifra inferior al 54.4% reportado en 2020, pero aún por encima del 45.5% registrado en 2018. Esto refleja una mejoría parcial tras la crisis sanitaria, aunque sin alcanzar los niveles previos a la emergencia.
En el caso de la pobreza extrema —que implica al menos tres carencias sociales junto con ingresos insuficientes para adquirir la canasta básica alimentaria— el reporte señala que afectó al 13.2% de la población. Si bien esto representa una disminución frente al 19.3% en 2020, sigue siendo más alto que el 10.3% registrado en 2018.
Carencias sociales: un desafío persistente
Entre los principales rezagos detectados en el estado destaca la falta de acceso a la seguridad social, que impacta al 63.3% de los yucatecos, posicionando al estado entre los más afectados a nivel nacional. Le siguen la falta de acceso a servicios de salud, que afecta al 45.8% de la población, en parte como consecuencia de los recientes cambios en el sistema federal.
El informe también identifica que el 19.8% de las personas presenta rezago educativo, especialmente entre jóvenes que no terminaron la educación media superior. Además, el 17.2% vive en viviendas con problemas de calidad o espacio; el 19.4% carece de servicios básicos como agua potable, drenaje o electricidad; y el 17.8% enfrenta dificultades para acceder a una dieta adecuada y nutritiva.
En cuanto al ingreso, el 63.4% de la población tuvo percepciones económicas por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 26.6% se encontraba por debajo del umbral de pobreza extrema. Aunque el estudio reconoce que hubo una mejora en el ingreso laboral durante el periodo analizado, esta no ha sido suficiente para reducir significativamente las carencias sociales.
De hecho, el número de personas consideradas vulnerables debido a una o más carencias aumentó, lo cual sugiere que el crecimiento económico aún no se traduce en una mejora sustancial en el acceso a derechos fundamentales como salud, educación y vivienda adecuada.
Redacción: Yucatánalamano.