Por Luis Carmona.
Para muchos yucatecos, diciembre también representa uno de los periodos de mayor presión económica, donde los gastos en comida, regalos, decoración y consumo de energía eléctrica pueden desequilibrar seriamente las finanzas personales y familiares.
En un contexto donde el ingreso promedio mensual en Yucatán se mantiene por debajo de lo que muchas familias consideran necesario para vivir con holgura, y donde la canasta básica se ubica entre las más caras del país, celebrar Navidad y Año Nuevo se ha convertido en un ejercicio de planeación financiera más que de abundancia.
El gasto decembrino: una cuesta antes de enero
Para una familia promedio, organizar una cena navideña o de Año Nuevo para entre 15 y 20 personas puede implicar un desembolso de varios miles de pesos, especialmente si se incluyen platillos tradicionales, bebidas, postres y adornos. A esto se suman los regalos, intercambios, posadas y el aumento en el consumo de electricidad.
El problema surge cuando estos gastos se cubren sin planeación, recurriendo a tarjetas de crédito, préstamos informales o “fiado”, generando una deuda que no desaparece con el fin de las fiestas y que puede arrastrarse durante los primeros meses del año, iniciándolo con el llamado “pie izquierdo financiero”.
Consejos para celebrar sin afectar el bolsillo
Especialistas en economía familiar coinciden en que no se trata de dejar de celebrar, sino de hacerlo con conciencia y realismo. Estas son algunas recomendaciones prácticas para los yucatecos durante la temporada decembrina:
- Definir un presupuesto realista: Antes de comprar cualquier cosa, es fundamental establecer cuánto dinero se puede gastar sin comprometer renta, servicios, transporte o alimentación de enero. Si el monto no alcanza para todo, es mejor ajustar la celebración que ajustar las deudas después.
- Compartir los gastos: Las cenas colaborativas son una alternativa cada vez más común. Asignar platillos o bebidas a cada familia o invitado reduce considerablemente el gasto del anfitrión y fomenta un ambiente más participativo.
- Priorizar lo esencial: No es necesario preparar diez platillos distintos. Optar por menos opciones, pero en cantidades adecuadas, evita desperdicios y reduce costos. Lo mismo aplica para bebidas y postres.
- Comparar precios y comprar con anticipación: Adquirir insumos días o semanas antes de las fechas clave permite aprovechar mejores precios y evitar compras de último momento, que suelen ser más caras.
- Cuidado con las tarjetas de crédito: Usarlas sin un plan claro de pago puede convertir una cena de una noche en una deuda de varios meses. Si se utilizan, debe ser con la certeza de poder liquidar el gasto en el corto plazo.
- Decorar con lo que ya se tiene: Reutilizar adornos de años anteriores, optar por decoraciones sencillas o incluso hechas en casa, puede representar un ahorro significativo sin perder el espíritu festivo.
Celebrar también es cuidar el futuro
Para muchos hogares yucatecos, diciembre es un mes emocionalmente importante, pero también financieramente delicado. La presión social por “no quedarse atrás” o por ofrecer celebraciones abundantes puede llevar a decisiones económicas poco saludables.
Cerrar el año sin deudas innecesarias, con las finanzas bajo control y con la tranquilidad de poder enfrentar enero sin sobresaltos, es una forma de bienestar que también debería formar parte de las tradiciones decembrinas.
Al final, una celebración responsable no se mide por lo que se gasta, sino por la estabilidad que se conserva. Y en tiempos donde cada peso cuenta, cuidar el bolsillo también es una manera de cuidar a la familia.