De acuerdo con especialistas, adolescentes y personas adultas mayores figuran entre los sectores más propensos a desarrollar esta adicción silenciosa.
El psiquiatra Arsenio Rosado, colaborador de la asociación Jugadores Anónimos, explicó que la combinación de tecnología sin regulación y situaciones de aislamiento social ha creado el caldo de cultivo perfecto para que más personas caigan en el juego compulsivo.
En el caso de los jóvenes, advirtió que el uso temprano y prolongado de dispositivos digitales puede generar efectos negativos en su desarrollo. “No es adecuado que un niño de cuatro o cinco años ya tenga una pantalla, pero es algo cada vez más común. Esto afecta su crecimiento emocional, intelectual y social, y también los expone desde temprana edad a dinámicas adictivas, como los videojuegos con apuestas o microtransacciones”, indicó.
Además, señaló que muchos adolescentes pasan hasta ocho horas al día frente a pantallas, lo que afecta aspectos fundamentales de su salud mental como la interacción con otros, la actividad física y la relación con su familia. Esa desconexión, explicó, puede llevarlos a buscar consuelo en juegos de azar, con consecuencias como ansiedad, depresión y aislamiento.
Casinos y soledad: combinación peligrosa para adultos mayores
Rosado también alertó sobre el creciente número de adultos mayores que recurren a los casinos como forma de distracción. En muchos casos, la soledad, la pérdida de vínculos cercanos o la falta de actividades significativas los empujan a buscar refugio en estos espacios, lo que puede derivar en una dependencia al juego.
“Si visitas cualquier casino, notarás una alta presencia de personas mayores. Para muchos, es una forma de combatir la soledad, pero el riesgo de adicción está latente”, afirmó.
Urge regulación y prevención
El especialista criticó la escasa regulación en torno a la publicidad de apuestas, que aparece constantemente en medios deportivos, televisión y redes sociales. “En otros países ya existen medidas de control más estrictas. Aquí, estamos expuestos a una promoción constante del juego sin mecanismos reales de protección, especialmente para los más vulnerables”, lamentó.
Ante esta situación, hizo un llamado a las familias a estar atentas a cambios de comportamiento como el aislamiento, la pérdida de interés en actividades cotidianas o alteraciones emocionales, tanto en jóvenes como en adultos mayores. Subrayó que la ludopatía debe tratarse como una enfermedad, que requiere intervención médica, apoyo psicológico y acompañamiento en grupos especializados.
Finalmente, insistió en la necesidad de reforzar las estrategias preventivas y establecer una regulación a nivel federal que limite la publicidad del juego y proteja a los sectores más expuestos al problema.
Redacción: Yucatánalamano.
