domingo, octubre 27

Advertencia por el suelo de Yucatán; casos como el cenote de Xocén pueden repetirse

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El espeleobuzo y antropólogo Sergio Grosjean Abimerhi advirtió que el tipo de suelo kárstico de Yucatán y las temporadas de lluvias y huracanes generan un proceso lento de disolución de rocas solubles subterráneas que ocasiona un colapso en las zonas donde hay cuevas y cenotes.

Recomendó que antes de cualquier construcción en suelo yucateco, especialistas en ingeniería de mecánica de suelo y otros tipos de expertos relacionados con estructuras realicen estudios serios y profesionales para descartar que la construcción esté sobre una oquedad de un cenote o cueva.

Si los estudios comprueban que la obra estaría sobre estas estructuras huecas, se debe reubicar el proyecto, nunca rellenar o clavar pilotes, como hicieron los ingenieros que construyeron el Tren Maya en la parte de Quintana Roo, “porque puede traer graves consecuencias a futuro”.

Derrumbe de cenote Xocén puede repetirse

A principios de agosto pasado, una bóveda de un cenote de Xocén (Valladolid) colapsó y se “tragó” un enorme árbol de ceiba de casi 100 años y el 14 de octubre pasado se desfondó la tapa de un pozo colector pluvial en el pavimento de la calle 43 entre 48 y 50, en pleno centro de la ciudad de Tizimín, que aparentemente resultó ser un cenote.

Entrevistado por estos hundimientos recientes en las dos ciudades del oriente del Estado, Grosjean Abimerhi primero explicó que para entender los fenómenos de Tizimín y Xocén debemos estar conscientes de que las cuevas y los cenotes no permanecen estáticos a lo largo del tiempo, sino todo lo contrario.

Se sabe desde su origen que se deriva de un proceso geomorfológico que los científicos han denominado karst.

Riesgos por el tipo de suelo en Yucatán

Atendiendo a su estructura, los cenotes pueden ser de varios tipos: a cielo abierto, con bóveda, con bóveda colapsada, o en cuevas, por citar algunos ejemplos.

Estas maravillosas formaciones naturales han evolucionado a lo largo del tiempo y modifican constantemente su morfología a través de diversos procesos, ya sea de disolución, colapso o construcción.

De este modo, esas cavidades aparentemente estáticas e inertes experimentan una modificación y movimiento sui generis.

Y en los casos específicos de Xocén y Tizimín es resultado de ese proceso que hizo colapsar las estructuras naturales, por lo tanto, no es un socavón ese desplome de tierra.

Dijo que este mecanismo llamado colapso proviene de la fluctuación que hubo en el nivel del mar durante los períodos glaciar e interglaciar.

Cuando el nivel del mar bajó en los períodos glaciares, de la misma manera descendió el acuífero.

Por consiguiente, las zonas más altas de las cuevas o cenotes, como la bóveda, quedaron libres y debido a la falta de soporte muchas de éstas se colapsaron y lo siguen haciendo como en estos dos casos.

“Lo sucedido en ambas poblaciones yucatecas no es algo novedoso”, señaló el investigador subacuático.

“Tenemos la evidencia de que en muchas poblaciones se ha presentado, como por ejemplo, la bóveda del bello cenote de Zací en Valladolid se colapsó en 1918.

“Cuenta la historia que una madrugada de ese año un estruendoso ruido despertó a la población y ellos, sin saber qué sucedía, continuaron su apacible sueño. Al día siguiente, al despuntar el alba, grande fue la sorpresa de los pobladores al observar que el cenote ya no tenía la misma fisonomía, y entendieron lo que había ocasionado el fuerte ruido de la noche: el desprendimiento de la bóveda, que al hacer contacto con el agua ocasionó un estruendoso rugido”.

Cenotes en Yucatán, vulnerados por la actividad humana

Sergio Grosjean, con más de 20 años de buceo en cenotes y exploración de cuevas, señaló que los yucatecos saben que la gran mayoría de las poblaciones de Yucatán se fomentaron cerca de alguna fuente de aprovisionamiento de agua como son los cenotes.

Cuando creció la población, los habitantes buscaron nuevas fuentes de aprovisionamiento del líquido y utilizaron los cenotes y cuevas durante su fundación.

Es decir, dejaron de utilizar el cenote en el centro de la población por su alta contaminación acuífera y lo cerraron.

“Tenemos el caso de Izamal, donde las fuentes documentales nos hablan de un cenote que se ubicaba en el centro, o en Tecoh, por citar algunos ejemplos”, explicó.

“Hay otros casos como el de Huhí, que en el centro existe un cenote que se encuentra totalmente azolvado porque ha sido utilizado como receptor del agua de lluvia”, explicó.

“El agua de lluvia acarrea sedimentos y ha provocado que se seque ese cenote, pues el lodo cubrió las venas que alimentan esta fuente de agua desde el manto freático”.

Se le preguntó al espeleobuzo las medidas preventivas que se deben aplicar para evitar tragedias en los hundimientos del suelo. Afortunadamente en los derrumbes de Xocén y Tizimín no hubo víctimas humanas ni daños patrimoniales.

“Hay medidas que se deben tomar antes que surja un accidente. Por ejemplo, debajo del convento de San Bernardino de Siena, en una calle lateral a éste y una privada, existe un cenote de 50 metros de diámetro”.

“Podría colapsarse parte de la bóveda debido a que la constante vibración producida por los vehículos que transitan en la calle”, advirtió.

“A este riesgo habría que agregar los trabajos ilegales que se hicieron dentro del cenote por un particular”, dijo.

“La situación es la siguiente: de la bóveda del cenote cuelga una enorme estructura que se hizo con el fin de hacer un puente para turistas, mismo que en épocas de sequía cuelga de la bóveda y en épocas de lluvia lo presiona hacia arriba”.

“El pesado puente se sostiene de la bóveda del cenote y le cuelgan barriles que lo hacen flotar. Las variaciones del nivel del agua pueden afectar la estructura natural por la presión del peso y puede colapsar con gente que atraviesa el puente colgante”.

¿Qué impacto tienen las actividades humanas en estos hundimientos?

“Las actividades humanas pueden agilizar el colapso de una bóveda, es decir, construir sobre una bóveda es agregarle peso a una formación que por su mismo proceso natural se debilita con el paso del tiempo”, respondió.

“Es importante que al construir y percatarse de la existencia de un cenote o cueva se hagan estudios de ingeniería, y en especial, analizar con especialistas de qué se trata, ya que podría tratarse de un cenote que posea especies endémicas que hay que cuidar”, dijo.

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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