Por Yael Rodriguez
En temporadas calurosas y de intensas lluvias uno de los problemas más habituales para Yucatán han sido los apagones. En lo últimos años las población ha ido en aumento y la infraestructura de las redes eléctricas es superada por la demanda.
Esto afecta de sobremanera a todos los estratos sociales del Estado, pues causa no solo perdidas económicas, sino que igualmente tiene otros importantes consecuencias debido a lo vital que es la energía eléctrica en la vida diario la gente.
Expertos en el tema señalan algunas consecuencias del impacto que tiene este problema tanto en la ciudad como en diversos municipios de la entidad.
¿Cuáles han sido los sectores económicos más afectados por los apagones?
Información de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Mérida señala que más de 5,000 negocios afiliados han sufrido pérdidas económicas significativas.
Se señala que aproximadamente el 70% de estos comercios han experimentado interrupciones en el servicio eléctrico, lo que afecta la operación normal, genera daños en productos perecederos y obliga a la compra de generadores eléctricos, incrementando los costos operativos y reduciendo los márgenes de ganancia.
Otro sector económico afectado por los apagones en el estado es el turismo. Hoteles y restaurantes en zonas turísticas han tenido que cerrar temporalmente durante los cortes de energía, dañando la imagen de la entidad y generando pérdidas económicas importantes.
La falta de electricidad en zonas hoteleras y puertos turísticos afecta la experiencia del visitante y la operación de negocios dependientes de la energía eléctrica para refrigeración y servicios al cliente.
¿Cuáles han sido las causas de los apagones?
Según reportes de la propia CFE, los apagones se deben a una combinación de factores:
Alta demanda eléctrica por las temperaturas extremas y el uso intensivo de aires acondicionados y ventiladores.
Infraestructura eléctrica insuficiente y obsoleta, con falta de inversión en mantenimiento y expansión.
Conexiones ilegales («diablitos») que saturan los transformadores y la red.
Dependencia de una única línea de alta tensión para toda la península, lo que limita la capacidad de respuesta ante picos de consumo y aumenta el riesgo de fallas masivas.