La imposición de nuevos aranceles a mercancías provenientes de Asia impactará directamente en los costos de miles de productos que se adquieren a través de plataformas en línea, especialmente aquellos de origen chino.
Aunque no se trate de un cobro que aparezca de forma explícita en los recibos de compra, el efecto será claro: los precios finales aumentarán. Los importadores serán quienes cubran los nuevos gravámenes, pero ese gasto adicional terminará reflejándose en el monto que paga el consumidor.
Esta medida forma parte de una estrategia comercial que surge en medio de un contexto internacional cada vez más tenso. Lo que antes parecía una disputa lejana entre gobiernos ahora se manifiesta en artículos de uso cotidiano, desde ropa y calzado hasta cosméticos, electrodomésticos y autopartes, muchos de ellos adquiridos regularmente a través del comercio electrónico.
De acuerdo con el nuevo esquema, se aplicarán aranceles que van del 5 al 50 por ciento a más de mil 400 productos importados desde países que no cuentan con tratados comerciales con México, entre ellos China, Vietnam e India. Estos bienes ingresaban al país a precios competitivos, lo que favoreció su amplia presencia en el mercado nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado que la medida no está dirigida a un país en particular, sino que busca equilibrar las condiciones comerciales y proteger a la industria mexicana. Durante una conferencia en Palacio Nacional, explicó que el objetivo es fortalecer la producción local y corregir distorsiones generadas por la importación masiva de mercancías a bajo costo.
El impacto será más notorio en sectores que dominan las ventas en línea, como el textil, el calzado, los productos de belleza y los artículos electrónicos. Estos rubros, al ser parte del consumo diario, resentirán con mayor rapidez los ajustes en los precios.
Los más afectados serán los consumidores de ingresos medios y bajos, quienes encontraron en las plataformas digitales una opción para ahorrar. También enfrentarán dificultades pequeños comerciantes y revendedores que dependen de productos asiáticos para mantener su competitividad.
No obstante, la política arancelaria también abre una oportunidad para los fabricantes nacionales, especialmente en industrias que durante años enfrentaron competencia desigual. Además, el Estado busca ordenar un mercado digital que creció con mayor rapidez que su regulación.
El mensaje es claro: los precios bajos asociados a los productos asiáticos comienzan a quedar atrás. La dinámica del consumo global entra en una etapa de reajuste, y el efecto más inmediato se sentirá en cada compra realizada en línea.
Redacción: Yucatánalamano.
