jueves, septiembre 19

Arriesgan la salud por moda

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En redes sociales crece interés en una enfermedad

Es tendencia en redes sociales, donde miles de chicas enseñan qué alimentos quitarse o cómo hacerse una prueba diagnóstica en casa. Pero el SIBO no es solo que se te hinche la tripa y actuar por cuenta propia, o imitando influencers, sin control médico.

“A nadie con un problema de corazón se le ocurriría no ir al cardiólogo, ¿verdad? Pues lo mismo pasa con esto”, cuestiona Silvia Gómez, especialista en trastornos funcionales digestivos del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

La experta, autora de “Universo microbiota”, que trata el sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO, por sus siglas en inglés), reconoce que hay un “boom” de casos, amplificados por las redes sociales. Todos saben de microbiota y todos creen tener SIBO.

Lo primero que hay que tener claro, subraya, es que el SIBO no es causa, sino consecuencia de un desorden digestivo. Primer motivo por el que es inútil autodiagnosticarse y hacer lo que otra persona dice que le ha funcionado: si no se ataja la causa, volverá a aparecer.

Suele afectar más a mujeres de 20 a 25 años y a partir de 45. ¿En qué consiste? En resumen, en que determinadas bacterias de la microbiota del intestino grueso migran al delgado porque algo perturba su bienestar.

Tiene síntomas inespecíficos: molestias abdominales, hinchazón, aumento de la percepción de los ruidos intestinales, gases, diarrea, estreñimiento.., enumera Carmen Aragón, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. “Pensar que todos los síntomas digestivos son por sobrecrecimiento es peligroso, porque pueden corresponder a patologías que necesitan tratamiento, como enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad celiaca o intolerancias”.

Los especialistas están preocupados no tanto por el aumento de casos de SIBO, sino porque se están incrementando las patologías digestivas como consecuencia de malos hábitos de vida.

Una breve inmersión por TikTok e Instagram arroja vídeos con millones de visualizaciones en los que alguien ofrece sus trucos para quitarse de encima este incómodo problema que le hincha la tripa: qué alimentos dejar de comer, cómo hacer la compra en el súper, tratamientos “alternativos naturales” a los fármacos…

“A todos se nos hincha la tripa después de comer. Así que si no comes, pues tampoco te hinchas”, advierte.

El diagnóstico de SIBO se hace mediante endoscopia o la prueba de aliento, nada invasiva y sí cómoda y accesible, disponible incluso por internet a un precio que ronda los 60 euros; sin embargo, deja unas cifras de falsos positivos nada desdeñables.

En el resultado influye lo que se ha comido antes, si se está estreñido o con diarrea, si se han respetado los tiempos o si se ha movido demasiado, pero muchos no lo saben. De nada sirve hacerse uno mismo una prueba sin un experto que se la interprete. Además, el SIBO se trata con antibiótico, que solo un médico —no un nutricionista— puede recetar.

Gómez reitera: si no se trata el origen del SIBO, las bacterias van a seguir migrando. “El sobrecrecimiento es lo primero que da la cara y lo que pone la voz de alarma, pero hay que rascar, porque puede ser una intolerancia, pero puede ser algo más grave”.

Y, aunque “claro que no te vas a morir de SIBO”, sí que afecta, y mucho, a la calidad de vida de los pacientes.

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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