De acuerdo con datos recientes de la Secretaría de Gobernación y del Instituto Nacional de Migración (INM), 231 personas extranjeras sin documentación fueron aseguradas en territorio yucateco, una cifra que, aunque baja comparada con estados como Tabasco o Chiapas, resulta significativa por la diversidad de nacionalidades involucradas.
A nivel peninsular, se estima que cerca de mil migrantes fueron detenidos entre enero y junio. Tan solo en Tabasco se concentraron más de 69 mil, mientras que Chiapas superó los 13 mil casos. Sin embargo, el caso de Yucatán destaca por la procedencia de los migrantes: algunos de ellos provenientes de países inusuales para la región, como Chad, Yemen, Lituania o Japón.
Diversidad sin precedentes
Los registros oficiales indican que las personas aseguradas en Yucatán durante el primer semestre de 2025 procedían de 26 naciones distintas, incluyendo 13 de América, 8 de Asia, 4 de Europa y una de África. Entre los grupos más numerosos se encuentran ciudadanos de Cuba (69 personas), Colombia (45), Guatemala (32) y Venezuela (16).
También se reportaron migrantes provenientes de Turquía, India, Pakistán, China, Honduras, Argentina, Brasil, Ecuador y Estados Unidos. En el caso de Europa, se documentaron casos individuales de ciudadanos de España, Francia, Finlandia, Rusia y Lituania. Incluso hubo presencia de personas originarias de países poco frecuentes en las rutas hacia el sureste mexicano, como Bangladesh y República Dominicana.
La Península en cifras
En el contexto nacional, México reportó 97,270 migrantes en situación irregular durante el primer semestre del año. Dentro de la región peninsular, Campeche registró 460 detenciones, Quintana Roo contabilizó 368 y Yucatán se ubicó en tercer lugar con 231, lo que representa apenas el 0.24% del total nacional. Aun así, el estado ha comenzado a posicionarse como una nueva escala en las rutas migratorias internacionales.
Cambios en la dinámica migratoria
Expertos en migración señalan que el fenómeno refleja un ajuste en los patrones de movilidad y plantea nuevos desafíos para la entidad. Hasta hace poco, Yucatán era considerado un territorio marginal en cuanto al tránsito migrante. Hoy, sin embargo, el estado se encuentra ante una realidad distinta: se ha convertido en una zona de paso para personas de múltiples orígenes y contextos.
La creciente diversidad en los flujos migratorios —incluyendo personas que huyen de conflictos, crisis humanitarias o en busca de mejores oportunidades— exige respuestas institucionales que combinen la seguridad con el respeto a los derechos humanos.
Un fenómeno global con rostro humano
Detrás de cada cifra hay una historia. Ya no se trata únicamente de migrantes de países vecinos o de América Latina, sino de personas que cruzan continentes y océanos antes de llegar al sureste mexicano. Que Yucatán reciba por primera vez a migrantes de África, Europa del Este o Medio Oriente refleja una internacionalización de las rutas migratorias.
Este contexto representa un llamado de atención para las autoridades locales y federales. No solo deben adaptarse a la nueva realidad, sino también desarrollar mecanismos adecuados de atención, alojamiento temporal y protección, especialmente considerando que muchos migrantes presentan perfiles vulnerables y necesidades específicas.
Perspectivas
El flujo migratorio hacia Yucatán probablemente continuará en aumento. Ante este escenario, el reto será construir una respuesta integral y humanitaria que garantice la seguridad, el respeto a los derechos de los migrantes y una gestión adecuada del fenómeno.
Yucatán, históricamente apartado del tránsito internacional, está comenzando a ser parte activa del mapa migratorio global. El desafío ya no es solo contar migrantes, sino entender por qué llegan, cómo se desplazan y qué necesitan.
Redacción: Yucatánalamano.