No obstante, en el transcurso de 2025 se ha observado un incremento preocupante en los asesinatos de mujeres, situación que ha encendido alertas entre organizaciones sociales, familias y defensoras de derechos humanos.
De acuerdo con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre 2015 y 2024 se contabilizaron al menos 53 feminicidios en la entidad. Sin embargo, especialistas advierten que esta cifra podría no reflejar la totalidad de los casos, debido a inconsistencias en la clasificación de delitos y a la falta de actualización en los registros.
Repunte reciente de violencia feminicida
Los últimos meses de 2025 han concentrado varios hechos de alto impacto. Entre noviembre y diciembre se reportaron cuatro asesinatos de mujeres, entre ellos el de una menor de edad, casos que han generado una fuerte reacción social y exigencias públicas de justicia.
Durante 2024, se documentaron diez asesinatos de mujeres en el estado, siete de los cuales fueron investigados como feminicidios. Mérida concentró cuatro de esos casos, posicionándose como el municipio con mayor número de registros, aunque con tasas aún bajas en comparación nacional.
Para 2025, las cifras preliminares del SESNSP —con corte al 30 de septiembre— indican que nueve mujeres fueron asesinadas en los primeros nueve meses del año. De estos hechos, seis se investigan bajo el protocolo de feminicidio y tres como homicidios dolosos relacionados con violencia familiar.
Organizaciones civiles han señalado que estas estadísticas no capturan por completo la magnitud del problema, al existir una “cifra no visible” derivada de reclasificaciones, omisiones o investigaciones que no incorporan la perspectiva de género desde el inicio.
Hechos que marcaron a la entidad en diciembre
Diciembre de 2025 fue particularmente crítico por la sucesión de casos en distintos municipios del estado. En Izamal, una niña de 12 años perdió la vida tras un ataque ocurrido en su entorno familiar; el presunto responsable fue detenido días después en Valladolid y enfrenta un proceso penal.
En Mérida, una mujer de 88 años fue agredida en su domicilio por un hombre que ingresó de manera violenta. La víctima falleció posteriormente a consecuencia de las lesiones, y el agresor fue asegurado por las autoridades.
Otro caso ocurrió en Techac Puerto, donde una mujer identificada como María N. fue asesinada tras una discusión con su pareja. El sospechoso, de origen extranjero, fue localizado y vinculado a proceso.
Finalmente, en el municipio de Ticul se reportó la desaparición de una joven de 25 años. Días después fue localizado un cuerpo en una vía cercana a Santa Elena que familiares relacionan con la joven, aunque hasta el cierre del reporte no se había confirmado oficialmente su identidad.
Estos eventos llevarían a contabilizar al menos ocho asesinatos de mujeres en 2025 que podrían encuadrar como feminicidios, cifra que contrasta con los registros oficiales, pero coincide con el seguimiento realizado por colectivos y medios locales.
Violencia de género más allá de los asesinatos
La problemática no se limita a los casos extremos. Entre enero y mayo de 2025, más de 1,300 mujeres solicitaron apoyo a través del 911 por situaciones relacionadas con violencia de pareja, acoso, hostigamiento, agresiones sexuales y violencia familiar. Solo una proporción reducida de estas llamadas derivó en denuncias formales ante la Fiscalía.
Este fenómeno evidencia las barreras que enfrentan muchas víctimas para acceder a la justicia, así como la persistencia de agresiones que no siempre se reflejan en los sistemas oficiales de registro.
Demandas de claridad y políticas efectivas
Colectivos feministas y asociaciones civiles han cuestionado la falta de coherencia entre las cifras difundidas por distintas dependencias y los casos documentados en campo. Organizaciones como Igualdad Sustantiva A.C. han solicitado información transparente y homogénea, así como protocolos de atención que consideren las condiciones culturales y sociales de las comunidades indígenas y rurales del estado.
Un desafío persistente para la seguridad y la igualdad
Aunque Yucatán mantiene índices generales de violencia inferiores a los de otras entidades, la recurrencia de agresiones contra mujeres demuestra que la seguridad no es homogénea para toda la población. La combinación de asesinatos, denuncias y testimonios apunta a una problemática estructural que requiere acciones preventivas, datos confiables y una respuesta institucional sostenida.
La violencia de género en el estado continúa siendo un reto que demanda atención integral, con el objetivo de que las cifras dejen de representar vidas truncadas y se transformen en políticas efectivas de protección, justicia y prevención.
Redacción: Yucatánalamano.
