Bolivia elige a sus jueces de la Corte Suprema, pero hay desconfianza y desconocen perfiles
Más de 7.3 millones de bolivianos están convocados para elegir a 38 autoridades entre titulares y suplentes del poder judicial, en medio de una crisis política en el ejecutivo.
Bolivia acude a las urnas este domingo con hastío y desconfianza para escoger por voto popular a sus máximas autoridades de justicia, en un proceso electoral atípico y cargado de cuestionamientos, donde la mayoría de las regiones no podrá participar de manera plena.
Desde 2011, Bolivia se convirtió en el único país del mundo donde los jueces son elegidos por sufragio, un modelo que México ya está planificando para el próximo año. No obstante, las dos elecciones anteriores (2011 y 2017) estuvieron dominadas por votos nulos y blancos que superaron el 60%, y el panorama para esta tercera edición no es más alentador.
«La justicia está en su punto más bajo de credibilidad. La idea de elegir jueces por voto no ha cambiado esa percepción», comentó Ana Lucía Velasco, politóloga, a la agencia AFP. Según una encuesta de Ipsos, el 85% de los bolivianos en las principales ciudades confían poco o nada en el sistema judicial.
En esta jornada, 7.3 millones de ciudadanos están convocados para elegir a 38 autoridades entre titulares y suplentes de cuatro instituciones clave: el Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo de la Magistratura y el Tribunal Agroambiental. El proceso debió realizarse en 2023, pero fue postergado varias veces, y los mandatos de los actuales jueces ya están vencidos. Además, en siete de los nueve departamentos del país, las elecciones no se realizarán plenamente debido a impugnaciones y decisiones del Tribunal Constitucional, lo que generará vacíos en las designaciones.
«Es una elección inusual. Muchos jueces quedarán en sus cargos hasta 2027, a menos que la Asamblea Legislativa tome medidas», explicó Francisco Vargas, vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral.
Un sistema politizado, con desconfianza y apatía
En medio de la disputa entre Evo Morales y el presidente Luis Arce por el liderazgo de la izquierda, el poder judicial se perfila como un actor determinante en las elecciones presidenciales de 2025. Este año, el Tribunal Constitucional ya impactó el panorama político al bloquear la posibilidad de una nueva candidatura de Morales, limitando los mandatos presidenciales a dos.
«Es probable que nuevos jueces revisen esa sentencia», apuntó Velasco. Sin embargo, la politización del sistema judicial, tanto desde la izquierda como desde la derecha, compromete su independencia. «La injerencia política hace que algunos jueces se subordinen al poder, algo lamentable», dijo Danny Paucara, presidente del Colegio de Abogados de La Paz.
Las elecciones judiciales enfrentan también un grave problema de desconocimiento ciudadano. Los candidatos tienen prohibido hacer campaña, y sus perfiles son difíciles de acceder. Ana Lucía Velasco advirtió que esta falta de información resulta en una baja participación efectiva.
«No conozco a nadie», lamentó Valentina Esteban, una ama de casa entrevistada por la agendoa AFP. «No sé quién dice la verdad y quién miente», añadió.
«Los jueces terminan siendo escogidos por apenas un 2% o 3% del padrón, lo que mina su legitimidad», señaló Velasco y Pacuara conluyó que «este sistema no está resolviendo los problemas estructurales de la justicia en Bolivia».
Las elecciones judiciales se plantearon durante el gobierno de Evo Morales con el argumento de favorecer la imparcialidad.
«Estamos yendo a una tercera elección, donde aparentemente estamos por encontrar una solución a un problema que no pasa por una elección», concluye Paucara.
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Fuente: Excelsior