Caída de una ceiba a un cenote en Valladolid es ‘mal augurio’, revela defensor maya
La policía municipal y Protección Civil mantiene acordonado el centro de Xocén, comisaría de Valladolid, para evitar accidentes en el socavón de 25 metros de diámetro, mientras las comunidades mayas del Oriente de Yucatán coinciden en que el desplome de la bóveda de un cenote, que se tragó la ceiba sagrada del llamado “centro de mundo maya”, anuncia el inicio de una serie de profecías vinculadas con el mal cuidado del agua.
“Para el mundo occidental, el derrumbe del techo de la bóveda de un cenote es algo natural. Sin embargo, para los mayas peninsulares es un nuevo presagio de la Santísima Cruz de Xocén”, indica el defensor de la cultura maya Bernardo Caamal Itzá.
Ingeniero agrónomo, escritor y comunicador maya, recuerda que la ceiba de más de 15 metros de alto y tres de ancho, desde hace 100 años forma parte de las fiestas religiosas en torno a la Virgen de la Asunción, que iniciarán pasado mañana. La población aún está conmocionada por la pérdida de su sagrado Ya’axché.
El domingo 4, a las 21:30 horas, un estruendo se escuchó en el pueblo. Cuando los vecinos acecharon, vieron que una gran oquedad, en las calles 6 con 7, en pleno Centro de la comunidad, se tragó el árbol sagrado. “Para nosotros representa el mensaje de los yuntsilo’ob (los señores de la vida), el hecho de que el árbol sea cobijado por los señores del inframundo”, indicó
Bernardo Caamal explica que, para las comunidades mayas, el regreso del árbol sagrado al inframundo, conocido por ellos como el Xibalbá, obedece a un reclamo sagrado: “Al olvido de nuestros orígenes y de nuestro papel pasivo ante la defensa del meatsil o raíces culturales”.
De acuerdo con las profecías ancestrales, cuando esa ceiba sea tragada por el cenote sagrado, empezará una escasez. Para conseguirla, los mayas tendrán que dar a cambio alguno de sus hijos.
El 29 de diciembre de 2019, a las 21:00 horas, Xocén vivió otra de sus sagradas profecías mayas: una veladora incendió el templo de la Santísima Cruz Tun, a la cual se le atribuye la capacidad de proporcionar salud en forma preventiva o curativa. Habitualmente las peticiones a la Cruz implican la presencia en el santuario de la persona que solicita la gracia y de sus familiares.
Para las comunidades mayas, ese incendio fue interpretado como una profecía que vaticinaba una mortal plaga mundial. Y unos meses después, la epidemia de la COVID-19 minó la población indígena.
“Cuando se quemó la Cruz, llegó la pandemia y muchos fallecieron, pero los abuelos sabían de los otros males que se avecinan, y ahora, de nuevo el árbol sagrado, reitera ese mensaje a los hijos del mayab”, concluyó.
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Fuente: PorEsto!