Campo de Yucatán, con crisis generacional: escasez de trabajadores jóvenes
Todo apunta a que en pocos años será muy escasa la mano de obra en el campo yucateco, pues menos del uno por ciento de quienes trabajan actualmente en actividades agropecuarias tiene de 18 a 30 años de edad, alerta Guillermo Cauich Durán, representante en Yucatán de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).
Estas cifras, añade, son preocupantes porque nos están adelantando dificultades para un relevo generacional en el sector agrícola. Debemos actuar para prevenir este desastre y garantizar la soberanía alimentaria.
De acuerdo con el Censo Agropecuario del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cierre de 2022 eran 167,049 personas las que formaban la mano de obra en las actividades agropecuarias y forestales —no solo las agrícolas— de Yucatán.
Sin embargo, el mismo informe advierte que 52,000 personas incluidas en el conteo eran jornaleros contratados por breve tiempo o por más de un patrono durante el año, de tal forma que pueden contar más de una vez en los datos presentados.
Del total hasta 2022, el 90.4 por ciento correspondía a varones y el 9.6 por ciento a mujeres.
Baja presencia nacional
La paulatina emigración en el campo se refleja en las cifras: según el Censo ya mencionado, con esa fuerza laboral Yucatán apenas ocupa el uno por ciento del total de trabajadores dependientes de los centros de producción agropecuarios y forestales de México.
La crisis en el relevo generacional queda en evidencia con estos números: al cierre de 2022, el mayor número de personas dedicadas a estas actividades (42.3 por ciento) tenía de 45 a 64 años de edad.
Le seguía el porcentaje de 65 años y más, con 29.1 por ciento. Esto significa que casi la tercera parte de los trabajadores del campo tenía de 65 años en adelante.
Desinterés de jóvenes
Cauich Durán hace notar que en esa estadística de 2022 aparece un insignificante 0.1 por ciento de trabajadores agropecuarios menores de 18 años, pero tampoco sube mucho si se toma un rango de hasta los 30 años de edad en los últimos meses, pues apenas se mueve ligeramente al uno por ciento.
El dirigente de la UNTA señala que, ante esa situación, es urgente tomar medidas que incluyan capacitación a los agricultores, inversión en tecnología aplicada al campo, mejores condiciones económicas y laborales para pequeños productores y granjas familiares, y garantías de proyectos que hagan del campo una opción atractiva para las futuras generaciones.
“Puede parecer fuera de lugar, pero es necesario promover entre los jóvenes de la zona rural un futuro económico basado en las actividades agrícolas y pecuarias”, enfatiza.
Promesas sin cumplir
Más adelante señala que es claro y contundente el diagnóstico del campo yucateco: hay abandono, pobreza, hambre y desigualdad, con incumplimiento de promesas del gobierno de la Cuarta Transformación.
“El gobierno maquilla las cifras”, prosigue. “La realidad es que los recursos son escasos y los créditos que operaban Financiera Rural y Fira para impulsar y activar la producción de alimentos ahora son, contradictoriamente, para los que más tienen”.
“Tienen vetados a los pequeños productores que con mucho esfuerzo y sacrificio trabajan sus unidades productivas agrícolas y pecuarias. Ya basta de que seamos simples cifras en las estadísticas y en los discursos. Queremos hechos, no palabras”.
Nada de paternalismo
El representante campesino insiste en que un campo sin producción no puede ser independiente ni autosustentable, pero es algo que no quiere ver el gobierno.
“Solo vemos que están entregando tarjetas de Bienestar. Con programas asistenciales y paternalistas no se combaten la pobreza y el hambre”, recalca
“Lo que sí se está promoviendo con ese tipo de apoyos es el consumismo para atar toda su vida a los campesinos a la pobreza. No se está fomentando la producción de los alimentos básicos para la autonomía y la soberanía alimentarias”.
También dice que es necesario hacer a un lado la política de escritorio y destinar más presupuesto al campo para rescatarlo del abandono en que se encuentra.— ÁNGEL NOH ESTRADA
Actividades agropecuarias/ Caída en 3 lustros
Varios sectores de agricultura y ganadería en Yucatán tuvieron drástica caída en tres lustros.
Menos uso agrícola
Según cifras oficiales, de 2007 a 2022 se dejaron de explotar 229,695 hectáreas de uso agrícola.
Baja en los cultivos
Además, la cosecha de maíz, de cítricos y de otros cultivos disminuyó drásticamente.
Menos ejidatarios
Los ejidatarios yucatecos han dejado en forma masiva la agricultura y la ganadería. Entre 2007 y 2022 la superficie ejidal destinada a estas actividades disminuyó 57%.
El caso del maíz
En 2022 Yucatán produjo 111,945 toneladas de maíz. En 2007 el volumen de producción fue de 132,883, un 15.7 por ciento más.
Nota original aquí
Fuente: Diario de Yucatán