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Casos de acumuladores en Mérida, un problema de salud mental que pasa inadvertido
La psicoterapeuta Xiomara Arjona señaló que la acumulación de objetos puede presentarse con otras patologías mentales.
Los recientes casos de acumuladores extremos en Mérida representan algo más que sólo un riesgo sanitario para las familias de la entidad, ya que se trata de un problema de salud mental que ha pasado inadvertido.
Xiomara Arjona Brito, psicoterapeuta en relaciones interpersonales, explica que los acumuladores son personas que desarrollan un trastorno caracterizado por la incapacidad de deshacerse de cosas y el constante impulso de reunir más objetos.
Señaló que no fue hasta el año 2005 que la acumulación comenzó a considerarse un trastorno, ya que antes se le catalogaba como un rasgo de las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). No obstante, señaló que la acumulación puede presentarse con otras patologías mentales, como lesiones cerebrales, daños cerebrovasculares o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), por lo que se debe ser muy cuidadosos al diagnosticar cada caso.
Estas precauciones son especialmente importantes porque no es lo mismo un acumulador extremo que un coleccionista. La principal diferencia radica en que los coleccionistas mantienen una relación saludable con los objetos que guardan. Aunque pueden poseer grandes cantidades de artículos, el orden, la limpieza y el valor que les asignan indican que tienen control sobre sus impulsos y gestión adecuada de sus pertenencias.
Los acumuladores suelen ser personas que desarrollan este trastorno desde la infancia o como consecuencia de un evento traumático. En los casos que surgen durante la niñez, el diagnóstico a menudo se retrasa, ya que son los padres quienes mantienen el entorno limpio y organizado, minimizando así los efectos visibles del problema. Sin embargo, una vez que la persona adquiere independencia, la situación puede descontrolarse con rapidez, especialmente si no se recibe tratamiento oportuno.
Más allá de los efectos individuales, los acumuladores también enfrentan consecuencias en sus relaciones interpersonales. El impulso desmedido de acumular suele generar conflictos con familiares o parejas, lo que deriva en discusiones y un mayor deterioro emocional. Estos problemas, a su vez, pueden agravar el trastorno, creando un círculo vicioso que dificulta su manejo.
La psicoterapeuta enfatizó que los casos de acumulación deben ser atendidos por profesionales capacitados para garantizar un control adecuado del trastorno. Además, hizo un llamado a fomentar la empatía hacia las personas que lo padecen, ya que no sólo enfrentan desafíos psicológicos, sino que también suelen ser estigmatizadas por la sociedad, lo que agrega una carga adicional a su condición. Es fundamental entender que se trata de individuos que necesitan ayuda y comprensión, no señalamientos.
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Fuente: Por Esto/Alejandro Febles