martes, septiembre 24

Colombia sustituirá hoja de coca por café; Petro presenta plan antidrogas

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Colombia, debido a su posición estratégica entre dos océanos, es considerado uno de los mayores productores mundiales de cocaína.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el lanzamiento de su nueva Política Nacional de Drogas, marcando un cambio significativo en la lucha contra el narcotráfico en el país sudamericano. La iniciativa busca reducir el área sembrada con hoja de coca, la producción potencial de cocaína y la deforestación, adoptando un enfoque basado en la concertación, los derechos humanos y la consolidación de la paz.

Hasta el momento, las políticas antidrogas de Colombia habían estado enfocadas en medidas de represión, que incluían la erradicación forzosa de los cultivos de hoja de coca y la persecución de los campesinos cultivadores. Sin embargo, la nueva estrategia liderada por el presidente Petro busca transformar la economía ilícita de las drogas en una economía legal y sostenible, sin recurrir a métodos represivos ni a la corrupción estatal.

«Queremos hacer la primera experiencia concertada con la comunidad toda para transformar una economía en otra», dijo Gustavo Petro durante la presentación de la política en el municipio del Cauca.

Esto representa un enfoque que se aleja de las medidas tradicionales de encarcelamiento y extradiciones.

La estrategia, bajo el lema «Sembrando vida desterramos el narcotráfico», abarcará el período entre 2023 y 2033 y buscará apoyar a las comunidades afectadas por el mercado de drogas ilegales para que puedan realizar una transición hacia economías legales, mejorando sus condiciones económicas y sociales.

La nueva política también incluye medidas de manejo ambiental y acción climática para la conservación y restauración de las zonas afectadas por el narcotráfico. Además, se abordará el consumo de drogas desde una perspectiva de salud pública y derechos humanos.

Entre las acciones específicas del plan se encuentra la promoción de la erradicación voluntaria de cultivos de hoja de coca, su reemplazo por cultivos legales como café, cacao o frutas, la entrega de tierras productivas y un aumento de la presencia estatal en zonas remotas con infraestructura vial, salud, educación y asistencia agrícola.

La estrategia también busca asfixiar las fuentes de ingresos de las organizaciones de narcotráfico, combatir la corrupción, afectar la infraestructura destinada a la producción de drogas ilícitas y fortalecer la interdicción en todos los frentes, incluyendo marítimo, fluvial, aéreo y terrestre.

Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el área sembrada con cocales en Colombia aumentó un 13 por ciento en 2022, llegando a 230 mil hectáreas, y la producción potencial de cocaína aumentó un 24 por ciento, alcanzando mil 738 toneladas métricas.

Con esta estrategia, el Gobierno se ha fijado la meta de reducir los cultivos de hoja de coca a 140 mil hectáreas y la producción potencial de cocaína a 990 toneladas métricas para el año 2026, además de disminuir la deforestación y las emisiones de CO2. Se estima que esta iniciativa podría causar pérdidas significativas para las finanzas de los grupos armados ilegales involucrados en el narcotráfico, calculadas entre 55 mil y 86 mil millones de dólares.

El Ministerio de Ambiente informó que un 13 por ciento de la deforestación anual de Colombia está relacionada con los cultivos ilícitos. Sin embargo, en 2022, la deforestación disminuyó un 29.1 por ciento, pasando de 174 mil 103 hectáreas a 123 mil 517 hectáreas en comparación con el año anterior.

Colombia, debido a su posición estratégica entre dos océanos, es considerado uno de los mayores productores mundiales de cocaína, con la participación de grupos de narcotraficantes, bandas criminales, exparamilitares de ultraderecha y la guerrilla del ELN, así como disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz.

El presidente Petro busca avanzar en acuerdos de paz con los grupos rebeldes y ofrece beneficios jurídicos a las bandas criminales para que se sometan a la ley y abandonen las armas y el narcotráfico, en un esfuerzo por poner fin a décadas de conflicto y violencia relacionados con el tráfico de drogas.

Con información de Reuters.

Fuente: Excélsior

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