¿Cómo sé si mi hijo tiene autismo?
El comportamiento de los niños suele causar mucha preocupación en los padres, pues por medio de éste se pueden detectar trastornos como el autismo
Los padres y madres de familia suelen tener muchas preocupaciones por su hijo, en especial aquellas relacionadas a la salud, ya que siempre buscarán que su pequeño goce de una excelente vida y una de las primeras señales que los puede poner en alerta es cuando existen cambios de comportamientos en el menor, ya sea por un malestar físico, por aumento del llanto, berrinches o porque no se pueden relacionar con otras personas.
En lo que respecta a los dos síntomas anteriores, uno de los mayores miedos es que se trate del autismo, pues entre algunos de los muchos síntomas de este tipo de trastornos se incluyen los comportamientos en los pequeños relacionados a problemas de comunicación e interacciones sociales, según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Aunque estas son las principales señales de los trastornos del espectro autista, es importante recordar que no son las únicas y que para detectarlo se deben considerar otros factores relacionados a la discapacidad en el desarrollo. Por lo que si sospechas que tu hijo tiene autismo o incluso si ya recibió el diagnóstico y quieres saber más sobre la afección, no debes dejar de leer.
Es importante recordar que incluso no existe una prueba médica para diagnosticar los trastornos del espectro autista, por lo que los expertos únicamente se basan en el desarrollo y conducta de los menores, de tal forma que el tipo de autismo se puede detectar desde el año de vidas e incluso hasta la etapa adulta, pues también se sabe que a pesar de la larga lista de síntomas, «es posible que los niños con autismo no tengan ninguna de las conductas» que se relacionan a la afección o que sólo tengan algunas de ellas.
¿Qué es el autismo?; estos son las señales en niños
De acuerdo con los CDC, el autismo se considera como una «discapacidad del desarrollo causada por diferencias en el cerebro» que puede ser causada por un factor genético o por razones desconocidas y aunque las investigaciones aún continúan, se cree que «existen múltiples causas del trastorno del espectro autista que actúan juntas para cambiar las formas más comunes en que se desarrollan las personas».
Es por ello que para detectar si una persona tiene esta condición de salud se debe prestar atención a si tiene problemas con la comunicación e interacciones sociales, conductas o intereses restrictivos o repetitivos, maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención. A pesar de tratarse de los síntomas más comunes y fáciles de detectar en niños, los expertos advierten que hay personas con un desarrollo cognitivo correcto que también pueden presentar estas señales, pero quienes en realidad tienen trastornos del espectro autista puede dificultárseles aún más la vida por:
- Retraso en las destrezas del lenguaje, movimiento, cognitivas o de aprendizaje
- Conducta hiperactiva, impulsiva o distraída
- Epilepsia
- Hábitos de alimentación y del sueño inusuales
- Problemas gastrointestinales
- Estados de ánimo o reacciones emocionales inusuales
- Ansiedad, estrés o preocupación excesiva
- No tener miedo o temer más de lo normal
Lo anterior se suele evidenciar más en los niños más pequeños y menores de 5 años, quienes incluso pueden llegar a tener problemas de interacción y no identificar ciertas reacciones de quienes los rodean, como es el caso de un enfado; asimismo, que no respondan a su nombre puede ser una clara señal de algún tipo de autismo. Sobre ello, los CDC advierten que las características más identificables son que eviten mirar a los ojos a otras personas y evitar el contacto visual.
Por un lado, un bebé de 9 meses debería ser capaz de responder cuando escucha su nombre y en el caso del autismo esto no pasa; además, a esa misma edad no suelen mostrar expresiones faciales para mostrar su felicidad o tristeza, y la falta de expresión por gestos se puede prolongar hasta el año de vida; mientras que cerca del año evitan los juegos interactivos como dar palmaditas con las manos.
Mientras que para niños mayores de un año se pueden presentar síntomas como no compartir intereses comunes; a los dos años ya deberían notar cuando las personas que los rodean están lastimados o enojados, algo que no ocurre en pacientes con autismo; a los tres años pareciera que no notan a otros niños que se acercan a ellos para jugar e incluso evitan imitar conductas en el juego como ser un profesor, etc.
Asimismo, se sabe que los menores con autismo pueden tener conductas repetitivas que son fáciles de identificar con los juguetes ya sea porque los acomoden en cierto orden y se molesten cuando se mueven de lugar, jugar siempre de la misma manera y prestar atención a una sola parte del juguete como pueden ser las ruedas de un carro.
Como adelantamos, hay pacientes que pueden presentar pocos, muchos o ningún síntoma relacionado a la afección del desarrollo, por lo que los expertos piden que de detectar algunas señales lo consulte con el pediatra del pequeño para que se le realicen pruebas necesarias y determinar si se podría o no tratar de autismo.
Fuente: El Heraldo de México