‘Crisis’ en la Antártida: Capa de hielo se derrite a velocidad y pone en ‘jaque’ a la humanidad
La inestabilidad del manto de hielo marino de la Antártida pondrá a prueba la capacidad de adaptación de la humanidad en los próximos años, de acuerdo con expertos.
Este año, el hielo del canal Rideau, en Ottawa (Canadá), es demasiado fino como para permitir la apertura de la pista de patinaje. En la Antártida, a miles de kilómetros al sur, al hielo marino también le está costando formarse. La extensión del hielo marino antártico batió un récord mínimo el pasado 13 de febrero.
Si bien se ha constatado una fuerte disminución de la extensión del hielo marino antártico desde 2016, la masa del manto de hielo disminuye desde hace mucho tiempo.
El continente ‘blanco’: ¿Qué pasa con el hielo de la antártida?
La Antártida, un continente cubierto de hielo rodeado por el océano, posee el 90 por ciento del hielo mundial. Esta cobertura, denominada “manto de hielo” (ice sheet), es una masa de origen terrestre formada como resultado de la acumulación y de la compactación de la nieve durante miles de años. La prolongación sobre el mar del manto constituye una plataforma de hielo flotante (ice shelf).
El manto de hielo antártico está compuesto del manto de hielo de la Antártida Oriental y el de la Antártida Occidental. La mayor parte de este último está apoyado sobre un substrato rocoso situado por debajo del nivel del mar. Alrededor de la Antártida, la extensión del hielo marino, que se forma a partir del agua del océano, aumenta en invierno y disminuye en verano.
El problema es que la Antártida se calienta cada vez más rápido
La Antártida no se ha librado del cambio climático. Al contrario. En un contexto de calentamiento global, el aumento de la temperatura a altas latitudes es más fuerte que el aumento de la temperatura media global. A este fenómeno se le conoce con el nombre de “amplificación polar”.
La retroalimentación hielo-albedo es uno de los procesos que explica este fenómeno. El aumento de la temperatura cerca de la superficie contribuye a la fusión del hielo, lo cual contribuye al aumento de la temperatura. ¿Por qué? Porque el albedo –es decir, la fracción de energía solar que es reflejada por una superficie– del océano y del suelo subyacente es inferior al del hielo.
A lo largo de las cuatro últimas décadas, el calentamiento global ha causado la disminución de la extensión media del hielo marino en el Ártico, pero no en la Antártida. La razón por la que no encontramos en el pasado reciente una tendencia significativa de disminución de la extensión media del hielo marino antártico es porque las tendencias regionales, positivas y negativas, se compensan, y porque existe una gran variabilidad interna.
Sin embargo, la extensión del hielo marino antártico ha disminuido fuertemente desde 2016. Esta reducción contribuye al aumento de la temperatura (retroalimentación hielo-albedo), pero no a la elevación del nivel del mar. En cuanto al manto de hielo antártico, su masa ha disminuido desde al menos 1990, y la tasa de pérdida más importante ha tenido lugar durante la última década.
En su sexto informe de evaluación, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indica que la temperatura aumentará en la Antártida y la masa del manto de hielo seguirá disminuyendo.
Cabe señalar que el crecimiento del manto de hielo es mucho más lento que su retroceso, lo que implica que, si sigue derritiéndose durante este siglo, su desaparición no será reversible a la escala de tiempo humana.
En lo que concierne al hielo marino antártico, el grado de confianza en las proyecciones climáticas es bajo. ¿Por qué? Entre otras razones, porque las simulaciones con los modelos climáticos no capturan suficientemente bien la evolución observada. Por lo tanto, no podemos sacar conclusiones.
Fuente: The Conversation/El Financiero