En apenas dos años, el consumo de cristal entre los jóvenes yucatecos aumentó casi 200 por ciento, según las estadísticas de ingresos al Centro de Integración Juvenil de Mérida, informó el director Víctor Roa Muñoz, quien advirtió que las metanfetaminas son la “droga emergente” en Yucatán, pues mientras el uso de mariguana y alcohol bajaron, en comparación con el año pasado, el del cristal va creciendo.
El especialista alertó, también, sobre el cada vez mayor uso de drogas entre mujeres, pues aunque los varones están a la cabeza, la distancia se está “acortando”: hace 10 años, la proporción era de una mujer por cada 13 hombres y, actualmente, es de una por cada cuatro, aseguró.
La razón principal del incremento en el consumo de cristal es el bajo costo: “Lamentablemente, el cristal se está volviendo muy popular entre la juventud yucateca, esto se debe a diversos factores, como que el precio de la droga es bajo, ya que puede conseguirse desde 50 pesos, pero sobre todo por la facilidad con la que se consigue”, aseguró. Incluso, entre los consumidores es conocida como la droga de los pobres.
Entrevistado en el marco del 15º aniversario del programa DARE (Siglas en inglés de Drugs Abuse Resistence Education, es decir, Educación Preventiva Contra el Consumo de Drogas), descartó la proliferación en el uso de fentanilo; hasta ahora, aseguró, el alcohol y la mariguana las drogas de mayor consumo en la entidad.
No obstante, alertó sobre todo en la corta edad en la que los menores tienen el primer contacto con drogas lícitas; citó datos del Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana (Cepredey), que hablan de que el 77 por ciento de niños de 13 años o menos ya habían probado alcohol y el 54 por ciento se había emborrachado por primera vez.
Roa Muñoz dijo que, en general, el primer contacto de los menores yucatecos con los estupefacientes se da a los 13 años de edad, aunque, por droga, el panorama es cambiante, pues en drogas como la marihuana el “estreno” se da a los 14 y el cristal, entre los 14 y 15.
Aseguró que en el primer semestre del año entre los pacientes que atiende el CIJ en Mérida, el consumo de alcohol y mariguana, en comparación con el año pasado, se ha reducido, pero el cristal ha venido creciendo: en 2020, el porcentaje de “usuarios” de la metanfetamina era 21 por ciento; el 2021, creció a 42 por ciento, para 2022, alcanzó el 58 por ciento.
Los municipios con más casos de consumo de esta droga son, además de Mérida, Tekax, Muna, Oxkutzcab, Ticul, Valladolid, Tizimín, Motul, Progreso, Acanceh, Kanasín y Teabo.
Indicó que desafortunadamente las metanfetaminas son drogas de diseño y altamente adictivas y tóxicas, que no requieren mayor infraestructura para elaborarse y “son muy accesibles” por su costo, lo que impulsa su uso.
“Es sabido que las drogas se van poniendo como de moda y ahorita ya se tiene entre cinco y seis años con el consumo creciente de las metanfetaminas”.
En una entrevista previa, Roa Muñoz dijo que entre los factores que “empujan” a los menores a iniciarse en el mundo de las drogas están la pobreza, los problemas familiares, por la desunión de integrantes, la marginación, principalmente en el interior del Estado; también influye que los adolescentes se dejan llevar por malas amistades, que los orillan a tomar decisiones erróneas.
Sobre el efecto del cristal, recordó que estimula el sistema nervioso y sube el nivel de dopamina; el consumidor “se siente lleno de energía”, eufórico, con sensación de placer o felicidad. Sin embargo, también reduce el apetito y la necesidad de dormir.
J.L.Z., un adicto al cristal, de apenas 22 años, aseguró que las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, como Telegram, son vías para conseguir la sustancia, quien tenga un teléfono celular tiene una ventana para conseguir drogas.
Fuentes: Por Esto/Edwin Farfán/Darcet Salazar.