viernes, septiembre 27

Crudo invierno, el arma que Putin quiere aprovechar

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Desde octubre, la estrategia de las tropas rusas consiste en demoler con ataques regulares y masivos las instalaciones energéticas, dejando a millones de ucranianos a oscuras y sin calefacción

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, advirtió que Rusia trata de usar las temperaturas frías del invierno como “arma de destrucción masiva” a través de sus bombardeos contra la infraestructura energética.

«El Kremlin quiere transformar el frío de este invierno en arma de destrucción masiva”, dijo Zelenski en un mensaje en video durante una reunión de alcaldes franceses.

 

«Necesitamos muchas cosas para sobrevivir este invierno y evitar que Rusia transforme el frío en un instrumento de terror y sumisión”, añadió.

Entre diciembre y marzo, las temperaturas medias en Ucrania caen a entre -4.8 grados centígrados y 2 grados.

«Las tropas necesitan más alimentos en invierno y más combustible para mantenerse calientes”, dijo a la cadena BBC Ben Barry, investigador principal del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

 

«Sin embargo, ambos bandos están acostumbrados al clima frío, y su equipo ha sido diseñado para el clima frío, por lo que el clima invernal no impedirá por completo que sus tropas se enfrenten”, afirmó.

Los bombardeos rusos mataron ayer al menos a 15 personas y obligaron a evacuar los hospitales de la ciudad ucraniana de Jersón, en una ofensiva que en los últimos días dejó sin luz, agua y calefacción a más de seis millones en toda Ucrania.

Millones de personas sufrieron estos apagones durante las últimas semanas, al tiempo que la Organización Mundial de la Salud advirtió que el próximo invierno puede ser “una amenaza para la vida” de los ucranianos.

«La situación con la electricidad continúa siendo muy difícil en casi todas las regiones”, dijo Zelenski. “Sin embargo, gradualmente dejamos atrás los apagones, cada hora devolvemos la energía a nuevos consumidores”, añadió.

Según el Ministerio ucraniano de Energía, los bombardeos dejaron sin electricidad a “la gran mayoría de los usuarios” del país.

La región occidental de Jmelnitsky era de las más afectadas, con la red a 35% de su capacidad, mientras que en la oriental región de Járkov había unos 300 mil residentes todavía sin energía.

En el conjunto del país, “la situación es en general difícil”, pero en algunas regiones “el suministro de electricidad ya ha aumentado” y se han reconectado “las infraestructuras críticas”, dijo el ministro de Energía.

Es el caso de las tres centrales nucleares bajo control ucraniano, que deberían volver pronto a abastecer a los hogares.

Se trata de las centrales de Jmelnitski y Rivne (oeste) y de la central de Pivdennoukrainsk (sur), desconectadas por el sistema de protección automática tras los bombardeos del miércoles.

Crimen contra la humanidad

Rusia trató de avanzar al inicio de la invasión hacia Kiev, pero fue repelida y centró su ofensiva en el noreste y el sur de Ucrania.

Desde mediados de octubre, cuando el frío empezó a apretar, su estrategia ha consistido en demoler con ataques regulares y masivos las instalaciones energéticas.

Los bombardeos obligaron a hospitales del sur y el este a funcionar con generadores eléctricos de emergencia.

En un mensaje a la ONU, Zelenski calificó esos bombardeos de “crimen contra la humanidad”.

Fuente: Excélsior

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