miércoles, noviembre 6

Daño al manto freático en Yucatán: hay agua pero contaminada

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La recarga del acuífero de la Península de Yucatán, de Mérida en particular, por medio de las lluvias es benéfica totalmente, pero el agua está contaminada, indica Jorge Alfonso López González, consultor en Hidráulica e Hidrología de la Universidad Marista.

“Esto no es en Yucatán en general, sino un problema de Mérida y de otras ciudades”, señala.

De que hay agua, hay agua, pero está contaminada, advierte.

Mérida y otras ciudades con agua contaminada

Después de meses de no llover, las primeras lluvias se llevan toda la suciedad que estaba en el suelo, en las calles, en los patios, todo se lo llevan al acuífero y se contamina, señala el especialista.

Las fosas sépticas son las principales causantes de la contaminación del acuífero y toda la actividad humana en general que deja desperdicios en calles y patios, dice.

Por ejemplo en Campeche el agua de todo lo que se recarga se va al mar, y ya nadie puede bañarse porque el mar se contaminó, dice.

“En Mérida metemos agua al acuífero a través de los pozos de captación”.

De hace 20 años a la fecha, con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se ha visto que la recarga del acuífero ha disminuido en un 50% por las sequías

“Ya llevamos semana y media de lluvias que recargan el acuífero, efectivamente son benéficas, ¿pero qué pasa? que empezamos a tener problemas con inundaciones en la ciudad porque tiene calles pavimentadas, es como poner una lona encima del suelo, así que no se va el agua, se queda encima”, explica.

La única forma que tenemos en la ciudad de desaguar los charcos hasta ahora es con pozos que se conectan al acuífero, que estamos contaminando, dice.

“Eliminamos el agua por un lado, pero contaminamos el acuífero sobre todo con las primeras lluvias”.

El acuífero no se contaminó solo, intervino el hombre y sus ciudades, no hay de otra, recalca.

Además señala que las lluvias son benéficas porque recargan el acuífero, pero las primeras tienen un alto grado de contaminación.

“Es como que lavaras las calles y ¿a dónde va todo’, pues al acuífero”, recalca el especialista.

“Con las lluvias que irán cayendo poco a poco, las calles de la ciudad dejarán de contaminar el acuífero, pero cada quien en su casa lo está contaminando”.

También hay actividades, como las de las cocinas económicas que tiran sus residuos al suelo y tapan pozos de captación por el exceso de grasas; las lavanderías y demás por la falta de una ley estatal de regulación de aguas.

“La ciudad está contaminando al acuífero todos los días y eso sucede desde que esta se fundó”, señala.

Daño al manto freático en Yucatán empeora en los años 60

Cuando la ciudad se fundó había poca gente, la contaminación era poca pero desde 1963 cuando se creó el sistema de agua potable no se pensó en las aguas residuales, no surgió la interrogante de qué iban a hacer con ellas.

“Se pensó que todas las casas tenían pozos porque ahí se captaba el agua antes, pues vamos a convertirlas en el lugar donde vamos a tirar el agua residual.

“Todos los pozos del centro de la ciudad se convirtieron en receptores del agua residual y desde 1963 la contaminación aumentó en todo el sector”.

También comenta que después se empezaron a colocar fosas sépticas, pero no son herméticas, entonces toda el agua que se meten en estos depósitos se filtra al subsuelo y contamina.

“Luego vinieron los biodigestores a tranquilizar un poco el asunto porque no son tan contaminantes.

“Cuando fue gobernador Patricio Patrón Laviada, todas las aguas residuales iban a plantas de tratamiento. Estamos hablando de 2001 a 2007”, apunta.

“Todos los fraccionamientos deben tener una planta de tratamiento de agua residual. Sacan el agua del comercio, industria o de casas, van a tuberías de aguas residuales y esas se van a la planta. Se dejó de contaminar en algunos puntos, pero todo lo que ya existía sigue contaminando el subsuelo”, recalca.— Claudia Sierra Medina

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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