martes, octubre 8

De lo antiguo a lo moderno: Barrio Mágico en Mérida destaca por su propia esencia

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En el polígono que integran La Ermita, Xcalachén y San Sebastián, que recientemente recibió el nombramiento de Barrio Mágico por parte de la Secretaría de Turismo federal, encierra diversos atractivos.

En el polígono que integran La Ermita, Xcalachén y San Sebastián, que recientemente recibió el nombramiento de Barrio Mágico por parte de la Secretaría de Turismo federal, encierra diversos atractivos.

San Sebastián en Yucatán: su historia

Uno de ellos es la parroquia y parque de San Sebastián, en la calle 72 entre 75 y 77 del Centro.

Esta zona forma parte de los barrios de segunda generación en la ciudad junto con La Mejorada y Santa Ana.

Se ha explicado su aparición urbana por el crecimiento del núcleo original de la ciudad a partir de la Conquista y de los asentamientos realizados por los fundadores. Su templo, que fue por mucho tiempo una humilde ermita rústica, fue de los primeros en ser edificados por los españoles recién asentados a mediados del siglo XVI.

El pueblo llamó y sigue llamando a la iglesia del lugar Nuestra Señora de San Sebastián. No fue sino hasta finales del siglo XVIII (1796) en que Juan Esteban Quijano, filántropo del lugar, encabezando a varios vecinos culminó la construcción del templo moderno.

Más tarde, en 1889, en atención al progresivo desarrollo del barrio, el obispo Crescencio Carrillo y Ancona elevó la jerarquía de parroquia bajo el título de San Sebastián y el especial patrocinio de Nuestra Señora de la Asunción.

Los roperos de La Virgen de la Asunción de la parroquia de San Sebastián atesoran promesas, fe, oraciones y acciones de gracias de personas que las plasmaron en diseños de vestidos que han donado durante décadas. Los guardarropa, de madera, contienen 300 vestidos aproximadamente, y a éstos tiene acceso un grupo de mujeres que atiende a la imagen de la Virgen.

Es una zona donde se realizan muchas fiestas tradicionales que durante mucho tiempo se llevaron a cabo en mayo y que ahora son celebradas en agosto. Las festividades tienen lugar del 3 al 16 de agosto.

Para el período del Hanal Pixán en la explanada del parque de San Sebastián se celebra el Festival del Mucbipollo, el cual congrega a miles de interesados y a decenas de cocineras y cocineros que aplican su pasión y creatividad para elaborar este platillo, tan apreciado por los meridanos, en su versión tradicional de pollo y puerco, con espelón o sin espelón, así como en otras variantes con camarón, cochinita, queso de bola, lomitos de Valladolid, de jamón y queso, morcilla y veganos, entre otros. El mucbipollo (o pib como se le conoce coloquialmente en Mérida) es un tipo de tamal grande cocinado con la técnica ancestral maya del horno bajo tierra (pib quiere decir enterrado en lengua maya) que se consume en el período de las celebraciones del día de muertos.

El mercado de San Sebastián se ubica en la calle 70 con 77 del Centro.

Es uno de los más antiguos y populares. Está abierto de la mañana a la noche y sirve como espacio de adquisición de insumos alimenticios típicos de la región, así como de centro gastronómico famoso por el sabor de sus platillos que van desde la cochinita pibil, el lechón al horno, mondongo, panuchos, salbutes, caldos, tortas, empanadas, entre otros.

Cementerio General en Mérida, un sitio de historia para el turismo

El Cementerio General, ubicado en los terrenos de la antigua hacienda Xcoholté (en la calle 66 con 95 del Centro), de la cual todavía se conserva la casa principal, en el antiguo Camino Real a Campeche.

Se convirtió en cementerio en noviembre de 1821 y debido al gran número y diversidad de mausoleos fue declarado patrimonio cultural de Mérida en 2013.

En sus edificaciones se puede observar estilos tan variados como el neogótico, el neomaya y el art decó, entre otros.

El cementerio general cuenta con dos calzadas de acceso, la de los sindicatos y la de los mausoleos. Destaca la Rotonda de la Sociedad Artística Ricardo Palmerín, obra de estilo neomaya del famoso escultor colombiano Rómulo Rozo, en donde grandes figuras de la música yucateca han encontrado su último lugar de descanso.

Durante los días de todos los santos y de los fieles difuntos, 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de cada año, el panteón vive uno de sus momentos más importantes en donde la tradición católica viene influida por las antiguas creencias mayas. Se le llama Hanal Pixán o comida de las almas.

De acuerdo con la tradición maya, del 31 de octubre al 2 de noviembre, las almas de las personas fallecidas obtienen permiso para regresar a sus hogares y con sus seres queridos. Para ello se preparan altares que honran a los parientes que ya no están vivos. Estos altares suelen llevar flores “xpujuc” (de tipo silvestre y color amarillo) y flores “xtés”(en color rojo), manteles nuevos, fotografías de todos los familiares ya fallecidos, así como comida y bebida de la temporada en tres tiempos, desayuno, almuerzo y cena. Por ejemplo, para desayunar, un chocolate caliente servido en una jícara, café y pan para cada uno de los difuntos. Para comer y cenar se prepara el tradicional “pib”, tamales y la comida favorita de los fallecidos, así como vasos con aguardiente o bebidas que le gustaban en vida.

Xcalachén: su historia

Xcalachén se ubica en la calle 95 entre 64 y 64-A, del Centro. Es un topónimo maya que significa “pozos gemelos” y refiere a unas excavaciones hechas durante la época colonial que, con el paso del tiempo, se han perdido.

Esta zona ha sido conocida por décadas como el lugar a visitar cuando a uno se le antoja comer chicharra, también conocido como chicharrón en México y en muchos otros países.

Es una comida que consiste en una fritura de la piel del cerdo con o sin carne y que se ha extendido, a partir de la gastronomía española, a lo largo de toda la hispanidad, contando hoy con innumerables formas de cocinarlo o condimentarlo.

La zona, con rastros y mataderos cerca, fue propicia para el establecimiento de expendios de chicharra, algunos de los cuales, usando su creatividad, desarrollaron nuevos manjares como el “buche relleno”, que se popularizaron en la ciudad de Mérida.

Hoy, Mérida ha crecido en población y en tamaño generando un fenómeno de despoblación del Centro Histórico que ha dado como resultado que la cantidad de expendios de chicharra haya disminuido.

El más famoso de los expendios, el llamado El Rey David y su sucursal El Príncipe David, han desaparecido. En su lugar, tres principales locales permanecen: La Lupita, La Flor de Xcalachén y El Amigo de Xcalachén.

Toque artístico

Para mantener la cohesión social y la identidad de Xcalachén, las autoridades municipales contrataron a artistas urbanos para pintar muros y paredes de las casas y negocios previa autorización de sus propietarios.

Los temas de los murales que aparecen en el vecindario son principalmente mayas y varían desde animales y plantas hasta enormes caras que cubren muros enteros. También hay un homenaje a Pedro Infante, que murió cuando su avión se estrelló muy cerca de esta parte.

Fuentes: Diario de Yucatán/Joaquín Chan.

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