lunes, noviembre 25

Dejan atrás arbitrariedad en subsidios; ven avance en gasto social

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La entrega de apoyos mediante programas con reglas de operación se ha incrementado en los últimos tres años, según datos de la Secretaría de Hacienda

En los últimos tres años, el gobierno federal destinó mayores recursos a pro­gramas de subsidios con reglas de operación.

Mientras que en el pri­mer semestre de 2019, 36.9% del gasto total desti­nado a programas sociales correspondió a proyectos con regulación, en el mis­mo periodo de 2022, la proporción aumentó a 63.9%, con 262 mil 886 mi­llones de pesos ejercidos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda.

En lo que va del sexe­nio, el gasto en subsidios con reglas de operación se ha incrementado 27.6% promedio anual, mien­tras que en los que no tie­nen reglas ha caído 11.8% promedio.

Dicho cambio se debe, en primera instancia, a que programas con re­glas, como la pensión para adultos mayores, están elevando su gasto, explicó Rodolfo de la Torre, direc­tor de Movilidad Social del Centro de Estudios Espi­nosa Yglesias (CEEY).

Sin embargo, también es porque se han pues­to reglas a programas que al inicio del sexenio no te­nían, como Sembrando Vida, Jóvenes Construyen­do el Futuro y las Becas Be­nito Juárez para secundaria y preparatoria, señaló.

Los datos de Hacien­da, sin duda, muestran un avance en el país en tér­minos del gasto social que deberá reforzarse hacia fi­nales de sexenio, destacó el especialista.

Subrayó que, además de las reglas de operación, es necesaria la vigilancia a los programas.

«Tener reglas de ope­ración es condición nece­saria, pero no suficiente, para tener buenos resul­tados. Hay que ver si los objetivos y los procedi­mientos que se proponen en las reglas conducen a lo que se desea lograr”, con­sideró De la Torre.

PREDOMINAN SUBSIDIOS CON REGLAS DE OPERACIÓN

En el primer semestre de 2022, el gobierno federal ejer­ció 262 mil 886 millones de pesos en programas de subsi­dios con reglas de operación, es decir, 63.9% de este gasto; mientras que el 36.1% (148 mil 649 mdp) se hizo en progra­mas sin estas reglas, de acuer­do con datos de la Secretaría de Hacienda.

Esta cifra contrasta con lo observado en el primer se­mestre de 2019, es decir, en el inicio de la actual sexenio, en el cual la proporción estaba invertida: 63.1% se iba a pro­gramas sociales sin reglas de operación y el 36.9% se iba a programas con reglas.

En lo que va del sexenio, el gasto en subsidios con reglas de operación ha aumentado 27.6% promedio anual, mien­tras los que no tienen reglas ha caído 11.8% promedio.

Rodolfo de la Torre, direc­tor de Movilidad Social del Centro de Estudios Espino­sa Yglesias (CEEY), explicó a Excélsior que esta situación obedece, primero, a progra­mas con reglas que están elevando su gasto, como la pensión para adultos mayo­res, que se universalizó y am­plió su monto de apoyo.

Y segundo, se debe a que se han puesto más reglas en algunos programas que antes no tenían al inicio del sexenio, como Sembrando Vida, Jóve­nes Construyendo el Futuro y las Becas Benito Juárez para secundaria y preparatoria.

Por esta razón, comentó que los datos de Hacienda, sin duda, muestran un avance en el país en términos del gasto social que deberá reforzarse hacia finales de sexenio.

LOS PENDIENTES

Pese a esto, De la Torre expli­có que tener reglas de opera­ción no es garantía de que los programas de subsidio no cai­gan en actos de corrupción.

«El famoso caso de la Esta­fa Maestra fue un ejemplo de un programa que tenía reglas de operación y que cayeron actos de corrupción”, comen­tó el especialista del CEEY.

Añadió que tener reglas tampoco garantiza resultados satisfactorios en el ejercicio del gasto social.

«Tener reglas de operación es condición necesaria, pero no suficiente, para tener bue­nos resultados. Hay que ver si los objetivos y los procedi­mientos que se proponen en las reglas conducen a lo que se desea lograr”, expresó De la Torre.

Como ejemplo, el experto citó los resultados de la Se­cretaría de Hacienda y el Co­neval sobre que cada vez hay más transferencias sociales que recaen en los deciles de medio y alto ingreso en el país.

«Puedes tener unas reglas que digan que buscas llegar a los más pobres de los pobres, pero si no defines bien la po­blación objetivo o tienes pro­cedimientos laxos para llegar a ellos, se pueden dar resulta­dos distintos a los que se bus­can”, dijo el experto del CEEY.

Fuente: Excélsior

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