Dormir bien, para aprender mejor; desajuste tras confinamiento
En familia, es importante planear horarios para retomar esa rutina entre los menores, tal como se realizó con las actividades presenciales; además de dar profundidad, continuidad y duración para mayor descanso, indica especialista
Tras dos años y cinco meses de confinamiento por covid-19, inició el primer ciclo escolar 100% presencial. Los útiles y uniformes volvieron a ser parte de la rutina de más de 29 millones de estudiantes y la calidad de sueño debería incluirse en esta rutina, pues durante los ciclos anteriores, los horarios para dormir se modificaron y un descanso de calidad es necesario para la salud física y mental.
«Un niño que sigue teniendo un desajuste de sueño o que no está descansando lo que necesita tal vez va a estar muy cansado, pero finalmente lo que está aprendiendo, no lo está aprovechando completamente, porque su memoria no lo archiva en la memoria a largo plazo, sino que lo tiene como basura en la calle”, dijo a Excélsior, Laura Flores, consultora de sueño infantil en A Dormir Angelitos.
«Es importante que los papás planeemos una rutina que podamos sostener para los días de escuela y sea flexible, en el sentido de que no nos casemos con horarios exactos para dormir o despertar, pero sí tengamos un rango con 15 minutos más o 15 menos, o hasta media hora y, a partir de ahí, poner orden”, señaló.
La profundidad, continuidad y duración son tres factores clave en un sueño reparador, de calidad y saludable, por eso es importante no sólo tener un horario más o menos definido para dormir sino hacerlo en espacios adecuados.
La rutina debe ser planeada en familia para que funcione mejor, sugirió Laura, y establecer una hora para el momento de ir a dormir.
Otro punto importante es definir el ambiente donde dormirá el niño o la niña, es decir su cama, su cuarto y evitar que se queden dormidos en el sillón o en otro lugar donde deban moverse más tarde, pues esto interrumpe la duración del sueño.
Para reconocer problemas de sueño entre los menores, Laura recomienda estar atentos en los hábitos alimenticios, ya sea que comen mucho o poco durante todo el día; un carácter irritable también puede ser indicativo de problemas con el sueño.
«Hay una delgada línea entre ‘estoy cansado porque me dormí más tarde ayer’ a ‘estoy agotado porque llevo semanas durmiéndome más tarde’, entonces, hay que analizar y tener muy presente los horarios de nuestros hijos”, recomendó.
SUEÑO Y HORARIO DE VERANO
El horario de verano también es factor de estrés en la rutina de un sueño de calidad, Laura cita los estudios de Matthew Walker, un neurocientífico que, en 2019, señaló que en los países donde se activa el horario de verano, al día siguiente, los casos de infarto aumentan 24%; y por el contrario, disminuyen 21% en otoño, cuando se vuelve ajustar el horario durmiendo una hora más. Incluso, disminuyen los accidentes de tráfico y las tasas de suicidio.
«Si con una hora de sueño de diferencia a los adultos les afecta de esta forma, que ya estamos en completo desarrollo, ya no estamos creciendo, realmente estamos formados. Ahora piensa en un niño que todos los días está aprendiendo algo nuevo, que su cerebrito está absorbiendo todos los conocimientos, cuando le quitamos una hora de un día a otro, sin llevar un proceso paulatino, si vamos a ver afectaciones”, consideró.
En este caso, mientras se decide si se quita de manera definitiva o no el horario de verano, lo ideal es preparar a los niños para cambio, modificando la hora de dormir 15 minutos progresivamente, una semana antes del cambio, para que el día que se mueva el reloj, niñas y niños ya estén adecuados al nuevo horario.
VOLVIMOS A DORMIR LA NOCHE ENTERA
Laura, Fernando y su hijo mayor Patricio se apoyaron en A Dormir Angelitos porque cuando era bebé Patricio se despertaba mucho por las noches para comer.
«Pato a veces se despertaba hasta cuatro cinco veces en la noche, entonces podía ser que se durmiera una hora o dos y otra vez ya se despertaba, entonces realmente nunca conseguí tener un sueño muy profundo, entonces yo ya vivía cansadísima, súper ojerosa y de mal humor todo el tiempo, y entonces cuando Pato ya cumplió como un año, tenía un año un mes, justamente cuando buscamos la ayuda con Lau”, relató Laura Hernández, mamá de Patricio.
Lo que hizo Laura Flores con la pareja y su bebé fue modificar los horarios de alimento del pequeño para que sus siestas nocturnas fueran más largas y sus papás también pudieran descansar más.
«Fueron cuatro días intensos en los que modificamos sus rutinas y después de eso Pato (Patricio) ya se ha dormido toda la noche desde entonces”, recordó la mamá del niño.
También se dieron cuenta de que algunos malos hábitos se los estaban pasando a su hijo de manera automática.
Por ejemplo en mi familia es muy común hacer todo con la tele, vestirte viendo la tele, ver la tele haciendo la tarea, comer viendo la tele; yo le ponía tele hasta noche a Pato, cuando se despertaba a las cinco o seis, le prendía a la tele y yo me volvía a dormir y es un error que yo cometí, entendí, híjole el tema de las pantallas le está afectando”, ejemplificó Fernando.
«Es un proceso complejo tomar la decisión de pedir ayuda, cuando pides la ayuda, parte del proceso de entendimiento es darte cuenta que eres tú el del problema, no el bebé, es un proceso de aceptación duro porque tienes que ser consciente; mi hijo tiene mis formas y costumbres de dormir”.
Hoy Pato tiene dos años, a punto de cumplir tres y esta semana fue la primera vez que asistió a la escuela, al preescolar y no fue un problema levantarse temprano.
«Esta entrada a clases ha sido sencilla, o sea para nosotros ha sido sencilla, porque él se duerme a sus horas, se ha despertado sin problemas, todo bien, ya con la inercia de esa rutina ha sido mucho más fácil, para nosotros es una primera experiencia esto de la escuela”, comentó Fernando.
Y para ellos como papás también ha sido diferente dormir de corrido toda la noche.
«Fuimos muy felices, desde que pudimos dormir la noche entera, o sea realmente si nos cambió a nosotros la dinámica que ya traíamos de estar enojados, cansados a pues ya dormir bien y ya relajarnos”, dijo Laura Hernández.
Fuente: Excélsior