sábado, noviembre 23

Dormir poco daña el cerebro: el sueño es clave para la salud, estudio

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Un nuevo estudio encontró que las personas que eran más activas, pero que dormían en promedio menos de seis horas, tenían un deterioro cognitivo (mental) más rápido

Hacer ejercicio con regularidad ayudaría a proteger del deterioro mental a un cerebro que envejece. Pero dormir mal acabaría con esos beneficios, indica HealthDay News.

Un nuevo estudio encontró que las personas que eran más activas, pero que dormían en promedio menos de seis horas, tenían un deterioro cognitivo (mental) más rápido. Tras 10 años, su función cognitiva era equivalente a la de sus pares menos activos.

“Nuestro estudio sugiere que dormir lo suficiente podría ser un requisito para que obtengamos los beneficios cognitivos completos de la actividad física. Muestra la importancia de tomar en cuenta el sueño y la actividad física en conjunto cuando se piensa en la salud cognitiva”, subraya la autora principal, la doctora Mikaela Bloomberg, del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud del Colegio Universitario de Londres (UCL), en Inglaterra.

“La mayoría de los estudios anteriores que examinaron cómo el sueño y la actividad física podrían combinarse para afectar a la función cognitiva han sido de sección cruzada (que solo se enfocan en un instante en el tiempo), y nos sorprendió que la actividad física regular quizá no siempre sea suficiente para contrarrestar los efectos a largo plazo de la falta de sueño en la salud cognitiva”, añadió Bloomberg en un comunicado de prensa de la universidad.

El nuevo estudio incluyó a 8,950 personas de Inglaterra mayores de 50 años.

¿Cuánto se debe dormir en promedio?

Se preguntó a los participantes cuánto dormían en una noche entre semana promedio, y se dividieron en tres grupos: los que dormían en promedio menos de seis horas, los que dormían la cantidad óptima de seis a ocho horas y los que dormían mucho, es decir, que dormían en promedio más de ocho horas cada noche.

También se clasificó a cada uno según la frecuencia e intensidad de la actividad física autorreportada, y se dividieron en dos grupos: más activos (el tercio superior en la calificación), y menos activos.

Para evaluar la función mental de los participantes se les pidió que recordaran una lista de 10 palabras, tanto de inmediato como tras un intervalo. También tomaron un examen de fluidez verbal, en el que se les pidió que nombraran todos los animales que pudieran en un minuto.

Se excluyó a las personas si tenían un diagnóstico autorreportado de demencia o si tenían puntuaciones que indicaran una discapacidad mental.

La investigación encontró que dormir de seis a ocho horas por noche y unos niveles más altos de actividad física se vinculaban con una mejor función cognitiva.

Las personas que eran más activas también tenían una mejor función mental, independientemente de cuánto dormían, cuando comenzó el estudio. Los investigadores anotaron que esto cambió a lo largo del período de 10 años del trabajo y que los que dormían menos de seis horas por noche presentaron un deterioro más rápido.

Este declive ocurrió en las personas en la cincuentena y la sesentena, pero las que tenían a partir de 70 años de edad mantuvieron los beneficios mentales incluso si dormían menos.

“Es importante identificar los factores que pueden proteger la función cognitiva en la mediana edad y más adelante, ya que sirven para prolongar nuestros años con salud cognitiva y, en algunas personas, retrasar un diagnóstico de demencia”, enfatizó el coautor Andrew Steptoe, del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud del UCL.

“La Organización Mundial de la Salud ya identifica a la actividad física como forma de mantener la función cognitiva, pero las intervenciones también deben de tomar en cuenta los hábitos de sueño para maximizar los beneficios a largo plazo para la salud cognitiva”.

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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