sábado, noviembre 9

El arzobispo de Yucatán pide que las elecciones de 2024 “no destruyan” familias y amistades

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“Se ha iniciado un año retador, 2024, un año de elecciones y por ello pedimos a Dios que el pueblo se mantenga en paz, porque la Patria ha estado sumamente dividida por temas políticos”, manifestó ayer monseñor Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán.

Al encabezar en la Catedral la misa por el aniversario 482 de la fundación de Mérida, el prelado advirtió que es urgente trabajar por la unidad y pidió que las elecciones no destruyan familias ni amistades, “sino que sepamos conservar algo que es superior a los procesos electorales: la buena relación entre los ciudadanos”.

“Son necesarios los procesos, hay que vivirlos con la mayor tranquilidad y respeto de unos a otros, pero son necesarios para elegir, delante de Dios, cuál es nuestra decisión personal”, dijo.

“Que el Señor nos conserve en paz y nos deje más prosperidad para ofrecer a quienes quieran venir a formar parte de nuestra gran ciudad de Mérida”, afirmó.

Asimismo, el arzobispo señaló que es motivo de alegría que la ciudad sea imán para tanta gente de México y otros lugares del mundo, y al mismo tiempo es una gran responsabilidad conservar el gran tesoro que muchos vienen buscando a Mérida: la paz, la tranquilidad y la fraternidad.

A la misa acudieron el alcalde Alejandro Ruz Castro y su esposa, Verónica Cetina Arjona; la directora de Asuntos Religiosos del gobierno del Estado, María Elizabeth Vargas Aguilar; y el subsecretario de Asuntos Religiosos, Ricardo Solís Zapata, entre otros funcionarios.

Destaca crecimiento de Mérida

Monseñor Rodríguez Vega indicó que “estamos dando gracias por los 482 años de esta ciudad. Ha cambiado desde aquella primera población o núcleo, al tener más de un millón 300 mil habitantes y siempre creciendo más y más”.

También indicó que es motivo de alegría que la ciudad sea una imán para tanta gente y al mismo tiempo es una gran responsabilidad el poder conservar lo que muchos vienen buscando, como son la paz, la tranquilidad y la fraternidad.

“Por eso no vamos a esperar a que los tiempos se descompongan. En primer lugar esto le corresponde a las autoridades civiles, pero todos tenemos que participar y la iglesia ya está poniendo su granito de arena trabajando en la ciudad para fortalecer el tejido social”, dijo.

El arzobispo manifestó que es motivo de gratitud tantas bendiciones que han caído sobre la ciudad, especialmente en los últimos 20 años.

“Pedimos al Señor por todos los que han nacido y vivido en estas tierras en estos 482 años y por la gente que sin haber nacido aquí ha querido sumarse a la existencia de esta ciudad metropolitana”, dijo.

De igual manera pidió que Mérida sea una ciudad de la complacencia de Dios.

“Que por nuestra forma de vivir, de convivir y de tratarnos unos a otros podamos ser de la complacencia del Señor”.

Agradecimiento

Al inicio de la misa se hizo mención de la celebración por los 482 años de la fundación de Mérida, y se agradeció a Dios por los dones y beneficios que concede a la ciudad. También se encomendó a ciudadanos y funcionarios que la dirigen.

La misa estuvo amenizada por los coros de la Ciudad y de la Catedral y por la Orquesta de Cámara de Mérida.

Fuente: Diario de Yucatán/Iris Ceballos Alvarado

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