Este espectáculo natural, que ha ganado notoriedad en los últimos años como atractivo ecoturístico, marca el cierre de la temporada anual de avistamiento, que va de junio a septiembre. Supervisada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la actividad está regulada para proteger a esta especie clasificada como vulnerable.
Una visita estacional
De acuerdo con el pescador Jaime Canul, estos animales migran cada año a las cálidas aguas tropicales del Caribe mexicano, siguiendo los bancos de pez bonito, que acuden a la zona para reproducirse. Canul recuerda que décadas atrás, cuando se dedicaban exclusivamente a la pesca, era común cruzarse con estos tiburones, aunque en ese entonces no se les prestaba mayor atención.
Hoy, el tiburón ballena representa una fuente de ingreso adicional para las comunidades pesqueras a través del turismo de naturaleza, especialmente en lugares como Holbox (Quintana Roo) y El Cuyo (Yucatán), donde los tours para observar y nadar con estos gigantes marinos se han vuelto populares.
Gigantes gentiles del océano
A pesar de su tamaño impresionante —pueden alcanzar hasta 12 metros de largo y pesar más de 19 toneladas—, el tiburón ballena es una especie inofensiva para el ser humano. Su comportamiento pacífico permite incluso que algunas personas naden cerca de ellos bajo estrictas normas de seguridad.
La pesca, comercio o transporte de esta especie está prohibida por la legislación mexicana e internacional, dado su estatus de conservación. Las actividades turísticas relacionadas se realizan bajo lineamientos específicos que incluyen cupos limitados, horarios controlados y la supervisión de guías autorizados por la Conanp.
Turismo responsable y conservación
Además de su valor ecológico, el tiburón ballena se ha convertido en un símbolo del turismo responsable en la región. Las experiencias de nado con estos animales, cuando se realizan de forma adecuada, fomentan la educación ambiental y generan ingresos para las comunidades locales sin comprometer la biodiversidad marina.
Con el fin de la temporada acercándose, autoridades y operadores turísticos reiteran el llamado a disfrutar de esta experiencia con respeto y conciencia, asegurando que futuras generaciones también puedan maravillarse con la presencia de estos enormes viajeros del océano.
Redacción: Yucatánalamano.