miércoles, noviembre 13

El Corchito: Este es el origen del famoso parador turístico en Progreso

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Durante décadas, el parador turístico El Corchito se ha convertido en uno de los mayores atractivos del puerto debido a su riqueza natural, sin embargo, se desconoce el verdadero origen de este sitio, pues su nacimiento ocurrió a finales de los años 80s gracias a un grupo de pescadores liderados por el fallecido José María Palomo Castillo.

Como se sabe, este personaje del puerto falleció en el mes de mayo del 2022, dejando con ello un legado imborrable, sin embargo, esta corresponsalía se dio a la tarea de investigar parte de la hazaña que injustamente no reconocen la mayoría de quienes visitan el emblemático lugar.

El héroe social llegó a Progreso en los años 50, y con el paso del tiempo decidió rescatar los ojos de agua donde pasó parte de su niñez y que lo inspiraron a dedicarse a la pesca. Pese a que el sitio se encontraba cubierto de agua y basura debido al Huracán Gilberto, decidió rehabilitar el espacio que hoy en día se conoce como El Corchito.

Desde su infancia, al hombre se le conoció por tener alto nivel cultural y creativo, por lo que desarrolló diversos escritos como cuentos que se caracterizaban por hablar de la cultura maya a través de sus deidades.

La historia fue relatada por el fallecido José María Palomo Castillo pese a que no solía tener entrevistas con los medios ni agentes de la política local desde el 2015 cuando los fundadores dejaron El Corchito, pues el sitio pasó a ser parte de la nómina gubernamental tras ceder los derechos pertinentes a la nueva administración.

Antes de su partida, Palomo Castillo decidió relatar su hazaña a fin de que esta se mantenga vigente, ya que la mayoría de los fundadores ahora están en la tercera edad y retirados del ambiente laboral turístico.

“Ahí donde es El Corchito jugábamos cuando éramos niños y contábamos con una diversidad enorme de recursos naturales, era común ver desde más de tres tipos de mangles hasta venados corriendo a nuestros alrededores”, expresó el fallecido pescador nacido en 1940, justo en medio de una planificación industrial que tenía el puerto en aquella década.

Tiempo después, junto con su hermano Limberth Castillo; Jorge Casanova Dzul, hombre de mar originario de Muna, así como también con otros dos vecinos, decidieron retornar en el mes de diciembre de 1989 al punto donde hoy se encuentra el atractivo para tratar de rescatar el lugar, pues tras varios años quedó en el abandono y sólo cubierto por basura y áreas verdes que morían lentamente.

“Me acuerdo que empezamos a navegar en la ciénega del lugar, era complicado hacerlo por el lodo y los animales venenosos como coralillos que podían terminar con nuestras vidas, pero nuestras ganas de poder rescatar los ojos de agua donde nos divertíamos eran mayores. Nos cansamos y nos sentamos en un punto a comer sándwiches de pavo que nos sobró de la fiesta de Navidad, rendidos, cansados y sin ganas de nada, yo avisté que de un punto salían burbujas sin algún motivo, hasta que le dije a Jorge Casanova que ahí estaba uno de los cenotes, por lo que le dio un golpe con una lanza y salió lodo disparado; el resto fue historia, construimos una de las reservas más exitosas que ha tenido Yucatán”,. relató el adulto mayor.

Como se sabe, en 1991 se conformó la cooperativa El Corchito, la cual empezó a otorgar viajes en lancha a cambio de una propina, hasta el año 2002, tras el paso del Huracán Isidoro, el Gobierno Federal les otorgó recurso para realizar instalaciones que incluyeron un embarcadero y palapas. Sin embargo, el sueño de los pescadores sucumbió cuando el lugar le fue cedido al entonces gobernador Rolando Zapata Bello a cambio de plazas para los fundadores, los cuales se encuentran retirados tras ser despidos posteriormente.

En el año 2021 la relación se rompió totalmente entre los fundadores y la administración del lugar, luego de diversas declaraciones que realizaron los adultos mayores que iniciaron incluso un trámite legal donde al final se les otorgó una indemnización.

En sus últimos años de vida, José María Palomo Castillo se dedicó a profesar cultura en municipios como Maní, donde enseñó a los pobladores a confeccionar figuras mayas hechas con fibra de vidrio, también destacan varias novelas y cuentos nacidos de su imaginación.

Parte de lo que recuerdan sus vecinos, amigos y consanguíneos es que siempre mantuvo una lucha social a favor de la cultura y la ciudadanía, de igual manera le distinguía el liderazgo que mantenía en sus equipos de trabajo y el cariño que le tuvo al puerto de Progreso.

Destaca que a pesar de que El Corchito es uno de los puntos dedicados al turismo con más fama a nivel mundial, los homenajes al pescador fallecido han sido nulos, a pesar de que gracias a su iniciativa se logró rescatar el lugar que ahora recibe a miles de visitantes anuales.

Constante afluencia en Verano

El presente para El Corchito es diferente a comparación de sus años de gloria, aunque no por ello quiere decir que ha dejado de tener números que rebasan año con año los récords de asistencia, sobre todo por parte del turismo internacional que conoce el sitio gracias a los medios de comunicación de sus respectivas naciones.

El personal turístico externó que los fines de semana se forman incluso filas de espera por parte de turistas, quienes a pesar de que tienen que esperar bajo el Sol soportan las temperaturas altas a fin de nadar en los ojos de agua y convivir con los mapaches.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur), en los primeros cinco meses del año en curso han acudido al sitio un total de 57 mil 883 personas, más de 10 mil de las que se tuvieron el año pasado, por lo que al final del verano los números serán superiores a diferencia del 2022 hasta en un 40 por ciento.

En los últimos tres años, el peor porcentaje se registró en el 2020 cuando se padeció la pandemia por COVID-19, cuando solamente acudieron de enero al final del verano un total de 23 mil 946 personas. En ese mismo lapso, un año antes de la contingencia sanitaria, se registraron 112 mil 580 visitantes.

En el 2022, se tuvieron de enero a la primera de septiembre que concluyeron las vacaciones un total de 83 mil 511 accesos a El Corchito. En el año 2021, la cifra fue de 57 mil 402, aunque se destaca que aún no había concluido la etapa de cuidados masivos y restricciones.

La misma dependencia informó que, durante el mes de mayo de 2023, la afluencia de visitantes a los paradores turísticos de las principales zonas arqueológicas y ecológicas del Estado ascendió a 206 mil 160 personas, lo que implica un decremento de 5 mil 263 visitantes respecto a las 211 mil 423 personas registradas durante el mismo mes del año anterior. Esta cifra representa una disminución del 13.9 por ciento respecto a los vacacionistas registrados en el mismo mes del 2019.

Al igual que en los paradores como el Museo del Meteorito, el flujo de este sitio se concentra principalmente en el público oriundo de otras partes del país. Un peldaño más abajo se encuentran los yucatecos del interior del Estado, que en estos días viajan hasta en unidades que permiten acudir hasta con 15 personas.

Nota original aquí

Fuente: PorEsto!/Jesús López

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