En todas las carreteras del centro del país a Yucatán hay cientos de puestos de “huachicol” a vista y paciencia de las autoridades, denuncia la gerenta de Protección Patrimonial de Grupo Megamedia, Matilde Chan Araujo.
El tramo más problemático va de Cárdenas, Tabasco, al puerto de Veracruz, aunque los puestos de combustible robado, dice, están también en todas las carreteras que salen del estado de Veracruz hacia Ciudad de México, pero en forma menos evidente.
En la Península también se da este fenómeno, añade. En Dzitbalché, Campeche, cerca de Calkiní, funciona un puesto de extracción y venta de combustible mientras que en Yucatán, “aunque este inconveniente es muchísimo menor que en el resto del país”, se han observado puestos de “huachicol” en Komchén y otras poblaciones.
En el resto de la República, no obstante, estos sitios están “por todos lados. Algunos operan medio disfrazados como llanteras, puestos de comida y ‘talacheras’, pero otros lo hacen en forma totalmente descarada, tanto que ponen sus bidones a la orilla de la carretera y hacen señas a los choferes para que se detengan a comprar o también a vender combustible”.
En muchos casos los mismos choferes están coludidos con los “huachicoleros” porque los puestos de “ordeña” o venta proliferan en todas sus rutas, explica Matilde Chan.
Grabaciones
“Este es un problema interno de todas las empresas de carga, muchas de las cuales tienen vídeos de sus operadores cuando se detienen en zonas de extracción”.
En esos vídeos se observa a los choferes simular maniobras de revisión de la unidad, aunque sólo lo hacen para encubrir a otra persona que se encarga de “ordeñar” el diésel, el combustible usado en la mayoría de los camiones de carga.
El litro de éste cuesta $24, pero el operador lo vende en $12 y el “huachicolero” le revende en $16 o $17.
Esta práctica funciona como un cáncer que carcome a las empresas de transporte, a la vista de todos, insiste Matilde Chan, quien en entrevistas anteriores documentó el grave problema de la inseguridad en las carreteras del país, otro flagelo que agobia a los transportistas.
La gerenta ejemplifica que en la carretera Cárdenas-Veracruz por todos lados se ven los puestos de ordeña y venta. “Es impresionante: aquí los ‘huachicoleros’, con sus botellas en mano, te hacen señas para ofrecerte el combustible robado como si vendieran frutas”.
En los tramos que parten de otras poblaciones del estado de Veracruz hacia la capital del país o más allá es un poco más complicado detectarlos, agrega, por el tipo de carreteras, que no son tan abiertas. “En estos lugares el ‘huachicol’ funciona en los puestos de comida”.
De acuerdo con Matilde Chan, Dypaq y otras empresas transportistas ubican las zonas de extracción en un mapa para detectar al operador que se detiene allí. Cuando éstos se ven descubiertos buscan otros puestos, que están por todo el país. Por esto es fácil la “ordeña”.
Panorama local
¿Por qué en Yucatán se habla poco del “huachicol”?, pregunta el Diario.
La diferencia son las autoridades, responde. “En el resto de la República están coludidas con los traficantes de combustibles o no tienen la infraestructura policíaca, como la de Yucatán”.
“He detectado puestos en Komchén y en la carretera Mérida-Cancún, a la altura de Hoctún, aunque estos ‘huachicoleros’ no son tan cínicos ni funcionan tan abiertamente, como en Campeche y en el resto del país”.
Matilde Chan advierte que esta actividad “seguirá creciendo y llegará el momento en que esté totalmente fuera de control —ahorita lo está—, pero las autoridades no lo reconocen. No hacen nada para enfrentar el problema y por eso no tarda en llegar el momento en que las empresas de carga ya no puedan soportarlo”.
Fuentes: Diario de Yucatán.