Resultados definitivos del Censo Agropecuario del Inegi arrojaron una producción alimentaria de 589,585 toneladas en 2022 en Yucatán.
El limón se convirtió en el fruto con mayor volumen con 193,762 toneladas, rebasando al doble a la producción de naranja dulce, también conocida en Yucatán como la popular china, que en 2022 alcanzó 82,806 toneladas, una caída importantísima de poco más del 40% en comparación a la producción de 2007 que alcanzó 120,663 toneladas.
Estas estadísticas demuestran que el limón es el nuevo “oro verde” de la citricultura yucateca porque en distintas épocas del año alcanza precios impresionantes en el estado. Todo lo contrario ocurre con la producción de naranja dulce, que viene en picada año con año.
Cultivo de limón en Yucatán
El cultivo del limón triplicó en 2022 la producción de 2007. En 2007 Yucatán produjo 67,242 toneladas y en el año del levantamiento del Censo Agropecuario 2022 fue de 193,762 toneladas.
De acuerdo con los datos proporcionados por la coordinadora estatal del Inegi, Griselda Sosa Andrade, y Arturo Francisco Gómez Fernández, director regional de la zona sureste, con auxilio de los subdirectores Alejandro Javier González Rodríguez y Jesús Ayuso Cambranis, Yucatán tiene una superficie con uso o vocación agropecuaria y aprovechamiento forestal de 1.8 millones de hectáreas. El Inegi censó 1.79 millones.
De acuerdo con el reporte de los productores, la superficie productiva es de 1.2 millones, que se componen de la siguiente manera: uso agrícola, 436,372 hectáreas; agostadero, pastos naturales, aprovechamiento forestal, enmontada, selva 791,582 hectáreas; y superficie con construcción, bodegas, corrales, ensalitradas, erosionadas, 12,248 hectáreas.
La producción de granos, calabaza y sandía fue de 166,957 toneladas; frutas y cítricos de 404,556 toneladas; y chile, principalmente habanero, jitomate y pepino 18,072 toneladas.
De las 339,044 hectáreas sembrada a cielo abierto, los productores obtuvieron 47,523 toneladas de maíz blanco, en 46,529 hectáreas; 46,673 toneladas de maíz amarillo en 19,461 ha; 24,579 ton de calabaza o calabacita en 37,981 ha; 16,752 toneladas de maíz forrajero en 1,875 ha; 15,777 ton de soya en 10,276 ha, y 15,653 ton de sandía en 1,626 ha.
La cosecha de cultivos perennes fueron: 193,762 ton de limón en 19,983 ha; 82,886 ton de naranja dulce en 20,183 ha; 60,821 ton de aguacate en 12,594 ha; 33,600 ton de papaya en 1,307 ha; 27,394 ton de plátano en 5,216 ha; así como 6,093 ton de mango en 7,343 ha.
Con el sistema de agricultura protegida los productores cosecharon 7,506 ton de chile, 3,197 ton de jitomate y 7,369 ton de pepino.
Disminuye la mano de obra de mujeres
La producción pecuaria no arroja el tonelaje de carnes, huevo de plato y miel de abeja, pero sí detalla las unidades de producción y las viviendas que todavía producen gallinas, cerdos, ganado, borregos, abejas y pavos.
Por ejemplo, el Censo Agropecuario arrojó que en Yucatán hay 38.320,035 cabezas de gallos, gallinas, pollos y pollitas; 1.617,967 cerdos; 388,399 ganados bovinos; 352,833 colmenas; 101,348 pavos y 65,142 ovinos. Las viviendas que producen este tipo de animales son, en el mismo orden, 203,141; 11,765, 6,864, 18,134, 54,723, y 11,512.
El censo también detectó una importante disminución de la mano de obra de las mujeres porque de las 172,868 personas que se dedican a las actividades del campo, sólo 16,723 son mujeres (9.7%), lo que es una reducción de 1.4 puntos porcentuales en comparación con el Censo Agropecuario de 2007.
Las actividades agropecuarias ocupan a 115,595 personas, de las cuales 52,589 son productores que trabajan en sus unidades de producción, 40,018 son familias que ayudan al trabajo de campo sin obtener un salario, 6,420 familias sí reciben un salario o sueldo y 11,788 trabajadores fueron contratados por 6 meses o más, y 4,780 son permanentes pero con contratos.
La mano de obra eventual fue de 57,273 puestos de trabajo.
Un dato interesante que arrojó este censo es que la mayor parte de los productores son adultos jóvenes de 45 años de edad con 71.4%, mientras que la población de 65 o más es apenas del 26.5%. Incluso, ahora más personas con estudios trabajan en las actividades agropecuarias porque en 2007 los trabajadores con estudios de primaria era de 60.5% y en 2002 fue de 50.7%.
Generalmente ingresan al trabajo del campo personas con estudios de secundaria, preparatoria, ingenierías y posgrados. Lo que predomina en estas duras tareas del campo son la clase indígena porque 96 de cada 100 se considera indígena y el 90.4% habla alguna lengua indígena.
Año con año la superficie cultivada aumenta en su tecnificación porque el parque de tractores pasó de 184 en 2007 a 758 en 2022.
También los productores ya tienen mayor conciencia sobre la importancia del medio ambiente y el 80.1% aseguró que realiza labores de prevención de incendios, el 56.2% que separa y resguarda los empaques de insecticidas, herbicidas, fertilizantes y medicamentos, el 37% realizó monitoreo de plagas y enfermedades, el 21.1% disminuyó el consumo del agua y 13.5% disminuyó el consumo de electricidad.
Problemas más comunes
Los problemas más comunes que reportaron los productores durante este Censo Agropecuario que afectaron la producción y productividad de las unidades fueron los altos costos de insumos y servicios con el 84.4%; baja de precios o ventas por la pandemia con un 44%; la inseguridad con 19.7%, enfermedades 19% y dificultades para la transportación con un 18.4%.
La producción forestal sí está muy baja, casi nada en comparación con los otros sectores productivos de Yucatán. Apenas se producen 192 metros cúbicos de madera de tzalam o tepemezquite y 630 de otras especies maderables.
El Censo Agropecuario no arrojó el valor comercial de toda esta producción alimentaria de Yucatán en 2022, pero sí es un porcentaje importante para la economía y se refleja en el Producto Interno Bruto estatal.
Fuentes: Diario de Yucatán.