Incursionar en ciertos campos laborales suele ser difícil, especialmente en aquellos considerados “para hombres”, afirma Lucía Ríos Santos, arquitecta y directora creativa de Atelier.
“Ser mujer en el campo de la arquitectura es un poco más complicado —añade—. En la carrera, varios profesores hicieron comentarios negativos, como ‘el dinero que ustedes ahorren ahora es muy importante en la administración, porque como mujeres deben tener más cuidado, ya que cuando tengan hijos dejarán de ejercer’ o ‘Las mujeres no sirven para la supervisión de obra’”.
Sin embargo, como demuestra ella misma, no es imposible lograr metas.
Amante de su ciudad, su convicción la ha llevado lejos. Lucía ha realizado proyectos como la Casa Rosa en San Sebastián, un hotel boutique que diseñó a su gusto y que ha sido reseñado en revistas internacionales; además de obras como un fraccionamiento ecológico en Chiapas y la Casa Munis, entre otros.
“Elegí arquitectura por el Centro Histórico de Mérida”
“Cuando me decidí por la arquitectura fue por el Centro Histórico de Mérida: los edificios, los jardines, las cúpulas como eran hace 30 años, las avenidas, el urbanismo, la arquitectura maya y de los pueblos.
Yucatán tiene mucha riqueza; eso es lo que quería estudiar en Mejorada. Eso me inspiró”, comenta Lucía.
Como muchas otras mujeres, ha tenido que afrontar comentarios que aseguran que, al ser madres, no podrán continuar con su carrera, o que las juzgan por ello.
Sin embargo, rodearse de la gente adecuada, especialmente de la familia, ha sido una gran fortaleza para ella.
“Sí es un tema, eso de ser mamá. Dicen ‘no va a tener tiempo’. Pero si cualquiera le da la oportunidad a una mujer de hacer su trabajo, se van a llevar una grata sorpresa. Hay mujeres que pueden con su casa, su trabajo y sus hijos. Solo hay que darles la oportunidad”, recalca.
En este rubro hay mucha competencia; es cuestión de mantenerse actualizada y de darle al cliente lo que pide.
Arquitectura, campo complicado para mujeres
“La mayoría de los brokers son arquitectos y todos construyen ahora. Yo me asocié con mi mamá, quien trabaja en una empresa de lácteos. Empezamos con una vivienda, luego poco a poco avanzamos. Conseguí una beca para estudiar la maestría, regresé y seguimos siendo socias”, explica.
Ser íntegro o íntegra en el trabajo no depende de ser hombre o mujer, sino del profesionalismo y los valores que se tengan, y sobre todo, del amor por lo que uno hace. Lucía es una de esas mujeres que en este oficio demuestran que todo tipo de trabajo se puede lograr con el mismo valor y esfuerzo.
“Tu trabajo es lo que te llevará lejos en esta profesión; es tu currículum y la mejor carta de presentación”, recalca.
“En el mundo de la construcción, hay personas que cobran y desaparecen, por eso lo más adecuado es trabajar con ética, cumpliendo con lo que el cliente espera y asegurando que el esfuerzo y el mérito coincidan con lo que la persona que te contrata está pagando”, dice.
En sus propias palabras Lucía Ríos Santos, arquitecta y directora creativa de Atelier
“El ser mujer puede ser una ventaja porque nos permite manejar las cosas de una manera más calmada, sin los impulsos que algunos hombres pueden tener”.
“El trato con los albañiles, por ejemplo, puede ser un tema difícil al principio, porque es complicado para ellos comprenderlo, sobre todo cuando se empieza joven, pero una vez que se rompe esa barrera, te tratan con mucho respeto y confían en ti como la persona que supervisa su trabajo y los apoya”.
Fuentes: Diario de Yucatán.
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