Cerca de 30 mil bañistas aprovecharon el calor de este 25 de diciembre para pasar la Navidad, refrescándose con las olas del mar de Progreso y beneficiando con ello a más de 500 familias porteñas, cuyo ingreso mayoritario es el turismo, rubro que de acuerdo a trabajadores y prestadores de servicio que han externado inestabilidad respecto a las ganancias generadas a lo largo de un año que está por terminar.
En este fin de semana, la actividad dentro de la zona comprendida entre los dos malecones, así como también en las comisarías que cuentan con mar, como es el caso de Chuburna, Chelem y Chicxulub, pues decenas de pobladores, residentes temporales y visitantes decidieron esperar la llegada de la Navidad contemplando las olas del mar.
Un caso especial fue el del joven umanense Jimmy Ignacio de la Cruz García, quien acudió con su esposa en periodo de gestación para tomarse fotografías del recuerdo y de paso alejarse de la ciudad para poder disfrutar el calor que volvió a hacerse presente luego de varios fines de semana donde se tuvieron los embates de los frentes fríos.
Dentro de la playa, los residentes extranjeros no dejaron pasar la oportunidad de caracterizarse como el hombre rojo de la navidad para hacer recorridos y darles dulces a los pequeños que se encontraban a su paso, así como para estrechar manos con los padres de familia que siguen manteniendo el espíritu decembrino a tope.
“Me gusta venir a Progreso en 25 y día primero por todas las experiencias con las que uno se topa. Hemos visto a tres canadienses repartir dulces desde la calle 80 y mis pequeños no dejaron pasar la oportunidad. Se vive un ambiente muy familiar” indicó Felicia Segura, oriunda de la capital yucateca.
En lo que respecta a los trabajadores de las palapas y los restaurantes de esta prolongación, varios de ellos afirmaron que gracias a días como el 25, suelen aumentar hasta en un 40% sus ganancias. En este día se tuvo ese indicador positivo gracias a que no abrieron varias sucursales de franquicias que suelen dejar a los negocios locales sin clientes.
“Ha sido duro el año, por eso varios tomamos la determinación y paciencia para venir a trabajar. No es sencillo, pues eso implica no tomar un día antes, dormir bien y aguantarse las ganas de tener un recalentado con la familia. Pero sin duda, vale la pena trabajar bajo este clima y la afluencia de gente, si no es ahora, es nunca dado lo mal que nos ha ido en todo el año” declaró Antonio Najera, mesero de la calle 80 por 25.
La seguridad corrió a cargo de las múltiples dependencias que forman parte del “operativo salvavidas”, mismo que al menos el 24 de diciembre otorgó un saldo blanco dentro de la zona costera. En el caso del malecón, hubo constantes rondas de vigilancia.
Fuentes: Por Esto.