En el interior de los pueblos mayas de Yucatán hay la fuerte creencia sobre la existencia de los aluxes; seres mitológicos de la cultura maya que se encargan de cuidar las milpas, casas y los cenotes. Estos son creados a base de cera o piedra y son alimentados mediante ofrendas, ya sea sangre o bebidas.
Con el pasar de los años, los residentes siguen creyendo y respetando firmemente a estos seres mitológicos que forman parte de la cultura, ya que en algún momento de sus vidas sintieron su presencia o los vieron.
Adultos mayores explicaron que los antiguos milperos solicitaban la ayuda de un X’men o brujo para que este les diera vida a estos seres, con el fin de que cuidaran sus terrenos de los intrusos que normalmente suelen ingresar a saquear los cultivos cuando el dueño del lugar no se encuentra, haciendo que funcionen a base de bebidas de atole de elote y, en otros casos, la sangre del dueño del lugar.
Quienes los han visto explicaron que son seres pequeños con apariencia de un niño y normalmente les hacen bromas a las personas, ya sea escondiendo cosas o arrojando piedras.
Telma Tec, habitante, precisó que ella tuvo una experiencia con estos seres mágicos hace algunos años. Señaló que estos duendes se llevaron a uno de sus hijos cuando este tenía alrededor de cinco años, por lo que comenzó a buscarlo desesperadamente y con la ayuda de vecinos hallaron al pequeño cerca de su vivienda: “A mi hijo lo tienen llevado los aluxes, a dos terrenos de mi casa lo encontramos, no nos explicamos cómo pudo haber atravesado las albarradas, fueron esos seres”.
Telma apuntó que a unos cuantos lotes más de donde fue hallado el pequeño se encuentra una sascabera, donde se cree que habitan estos seres de la cultura maya: “Cerca de donde los muchachos buscaron a mi hijo hay una sascabera. Ellos se llenaron de espinos, pero el niño no tenía ni un solo rasguño”.
Por otro lado, los labriegos de la localidad señalaron que sus antepasados les enseñaron que para que el monte pueda estar protegido la colocación de bebidas es muy importante, pues estos pequeños seres sentirán que cumplen con su promesa de alimentarlos. Una de las creencias que también se cuenta es que cuando ingresan intrusos a las milpas estos proceden a encarcelarlos, haciendo que solamente den vueltas en un mimo lugar. Sólo cuando el dueño llegue al terreno, ya sea en cuestión de horas o días, la persona podrá romper su hechizo y volver a la normalidad.
Familias de la localidad comentaron que sus terrenos se encontraban trabajados por sus antiguos dueños y por ley había presencia de estos seres, por lo que para poder acostumbrarse a su presencia y estar tranquilos siempre han colocado dulces o galletas como símbolos de ofrenda.
Se cree que, por más que pasen los años, estos seres de la mitología maya siempre se harán presentes cuidando dentro o fuera del poblado y quienes logren verlos es porque su destino lo ha marcado.
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Fuente: PorEsto!/Isaí Dzul