martes, noviembre 26

En Yucatán, seis de cada 100 ciudadanos no saben leer ni escribir

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De acuerdo con datos del Inegi y el Instituto de Educación para Adultos del Estado de Yucatán, se posicionó a la entidad en el sexto lugar nacional con mayor porcentaje de analfabetas

Yucatán ha quedado rezagado en el combate al analfabetismo, ya que seis de cada 100 yucatecos no saben leer ni escribir, un porcentaje superior al promedio nacional de cinco por cada 100.

En marco del “Día internacional de la educación”, según datos oficiales, en Yucatán hay 106 mil yucatecos mayores de 15 años de edad que no saben leer ni escribir, lo que lleva al Estado a ocupar el sexto lugar nacional con mayor porcentaje de analfabetas.

No obstante que las estadísticas revelan una mejora importante al avanzar poco más de dos puntos porcentuales en la última década, al pasar del 8.2 por ciento en 2012 al 6 por ciento en 2020, la Entidad aún se encuentra por encima del nivel nacional del cinco por ciento.

De acuerdo con datos de los institutos de Educación para Adultos del Estado de Yucatán y de Estadísticas y Geografía (Inegi), el mayor porcentaje de población analfabeta en Yucatán se encuentra entre las personas de 75 años y más con 25.1por ciento, o sea, 19 mil 256 adultos mayores.

Segundo lugar

En segundo lugar están los de 60 a 74 años, con el 17.3 por ciento o 36 mil 730 personas; en tercero de 45 a 59 con el 7.7 por ciento o 28, 611 personas; en cuarto el grupo de 30 a 44 con el 3.0 por ciento o 15,551 adultos, y en quinto lugar de 15 a 29 años de edad con el 0.9 por ciento o cinco mil 281 personas.

El grueso de este problema está en los hombres y mujeres en edad avanzada que en su oportunidad no tuvieron a su alcance las armas que hoy existen para aprender a leer. Incluso, el analfabetismo se concentra en porcentajes mayores en el interior del estado, en municipios como Chemax, Mayapán y Tahdziú, aunque existe un importante número de personas mayores de 15 años de edad que no saben leer ni escribir en Mérida; la población con ese problema habita en las comisarías y colonias de menores recursos y mayor pobreza de la capital del Estado.

La coordinadora regional del Instituto de Educación para los Adultos del Estado de Yucatán, Adriana Díaz Lizama, señaló que este rezago los obliga a impulsar nuevas estrategias, las cuales están siendo analizadas.

Reconoció que las labores que han realizado son insuficientes, ya que todavía hay un importante rezago. Parte del problema es que muchos adultos no quieren aprender a leer y escribir “por falta de tiempo”, pues su trabajo en el campo los demanda demasiado.

La labor es difícil, pero para el personal es muy satisfactorio ver cómo la vida les cambia cuando las personas con rezago educativo reciben los documentos que los acreditan con la primaria o la secundaria, y “quieren ir más allá, seguir estudiando, lograr una carrera, eso paga cualquier esfuerzo”.

Gaspar Chalé García, oriundo de Kanasín, contó que debido a la pobreza en la que vivía su familia no tuvo la oportunidad de estudiar cuando era niño, ya que tenía que trabajar para poder ayudar a sus padres con los gastos del hogar; sin embargo, siempre tuvo el anhelo de poder ir a la escuela para tener un mejor futuro.

“Cuando era niño no pude estudiar, teníamos que ayudar a traer el pan a la mesa, mas si éramos hombres no teníamos elección: nos dedicábamos al campo o a hacer algún otro oficio para sacar lo de la comida y los servicios; pero, siempre que veía a los niñitos de la escuela tenía la ilusión de algún día ir a la primaria para ser menos burro”, externó con una sonrisa.

Chalé García comentó que a sus 30 años con trabajo podría leer y casi no escribía, e incluso recibía burlas al ser llamado tonto o analfabeta, pero fue hasta que su madre enfermó que decidió empezar a estudiar y tener un mejor futuro, afirmando que, nunca es tarde para ser alguien mejor.

“Cuando mi mamá enfermó y no podría trabajar más y ya solo me tenía a mí, me di cuenta de que no me daban trabajo por no saber leer y escribir, pues lo hacía muy mal; entonces fui al Ieaey, donde pude aprender a sacar cuentas, a entender lo que leo y escribir más fluido, dejando de ser como me decían una analfabeta”.

“El que haya mucha gente analfabeta en Yucatán es un problema que se puede acabar, porque el tener una educación cambia vidas, al menos pude entrar a trabajar en un lugar que me de prestaciones porque logre terminar mi primaria y mi secundaria; todos los que quieren tener una mejor vida es necesario por lo menos tener la educación básica”, finalizó.

Fuentes: Por Esto.

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