Familias enteras acudieron desde tempranas horas a los camposantos de Progreso, Baca, Chocholá, Bokobá, Motul, Uayma, Oxkutzcab y Tizimín, para rendir homenaje a quienes ya partieron.
Con flores de cempasúchil, terciopelo (x’pujuk) y veladoras en mano, cientos de personas visitaron los cementerios de la costa y del interior del estado. En Progreso, la misa de los fieles difuntos se celebró a las puertas del panteón municipal, donde numerosos feligreses escucharon la ceremonia antes de ingresar a colocar ofrendas sobre las tumbas de sus familiares.
“Da gusto volver a ver tanta gente. Es una tradición que no queremos perder”, compartió Alicia Manzano, vecina del puerto. “Aquí recordamos a nuestros seres queridos y en casa también ponemos nuestro altar. Así lo hacían mis padres, y ahora lo enseñamos a nuestros hijos y nietos”, añadió con emoción.
Durante la jornada, fue común ver a niños y jóvenes colaborando en la limpieza de las tumbas o llevando agua a las familias a cambio de unas monedas, una costumbre que se mantiene viva como parte del ambiente comunitario del Día de Muertos.
Misas y bendiciones en todo el estado
En Baca, el cementerio general El orgullo mundanal aquí termina fue escenario de la tradicional misa en honor a los difuntos, presidida por el presbítero Eduardo Galaz. La entrada principal lució adornada con flores que enmarcaron el arco de piedra del recinto. Tras la ceremonia, el sacerdote recorrió los pasillos para bendecir las tumbas y las ofrendas.
El encargado del camposanto, Chin Noh, comentó que el lugar —con más de un siglo de antigüedad— se mantiene en buenas condiciones gracias al esfuerzo diario del personal. Señaló que el espacio ya se encuentra casi lleno, por lo que se habilitó una nueva sección, actualmente ocupada en cerca del 80% de su capacidad.
En Motul, decenas de familias acudieron desde muy temprano con flores, velas y fotografías, mientras que en Uayma, el padre Luis Miguel Polanco Chan ofició una misa especial por el descanso de las almas y realizó la bendición de tumbas y veladoras.
De igual manera, en Bokobá la celebración eucarística concluyó con la bendición de flores y objetos religiosos que los fieles llevaron para depositar en los sepulcros de sus seres queridos.
Fe y tradición en los municipios del sur y oriente
En Oxkutzcab, la misa principal fue presidida por el párroco Joaquín Buenfil Cocom, quien recordó que esta fecha no celebra la ausencia, sino la esperanza en la vida eterna.
“Jesús dijo: ‘Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque haya muerto, vivirá’. Ese es el consuelo que debe acompañarnos hoy”, expresó el sacerdote durante la homilía.
Finalmente, en Tizimín, los cementerios de la ciudad —entre ellos el Jardín de la Paz y el Panteón del Recuerdo— recibieron a cientos de fieles que participaron en las misas organizadas por las comunidades parroquiales de Nuestra Señora de Guadalupe y los Santos Reyes.
El párroco del Santuario de Reyes, Gilberto Pérez Ceh, recordó a los asistentes que “la vida terrenal termina, pero la fe en la resurrección debe darnos fuerza y consuelo”. Al finalizar la liturgia, bendijo las tumbas y osarios, cerrando así una jornada marcada por la devoción, la memoria y el amor familiar.
Redacción: Yucatánalamano.
