En Chelem Puerto, en días recientes, se observó un caso preocupante: una tortuga marina que salió a desovar no encontró espacio adecuado y regresó al mar sin cumplir su ciclo reproductivo.
De acuerdo con testigos, esta situación se ha repetido al menos en dos ocasiones en lo que va del año, lo que evidencia el impacto directo del fenómeno en el ecosistema.
En Chicxulub Puerto, el avance del mar ha llegado hasta los predios de la primera línea de playa, eliminando por completo los espacios antes utilizados por bañistas.
La situación se vuelve aún más crítica durante el fenómeno de vaciante —cuando el mar se aleja temporalmente—, pues deja al descubierto una franja extensa de piedras y escombro en lugar de arena, inhabilitando aún más el espacio para el uso recreativo y el desove de tortugas.
En Progreso, la erosión es visible a lo largo de diversas esquinas costeras y ha llegado hasta la zona del malecón.
En el área donde se ubican las letras turísticas el daño es evidente: lo que antes era una amplia playa ahora son unos 60 metros de piedras y escombros que colindan directamente con el mar. Incluso una palmera cercana ya representa un riesgo de caída y ha sido acordonada por precaución.
Visitantes habituales lamentan la situación. Carmen Mukul, originaria de Mérida, expresó su sorpresa: “El año pasado vine y esto no se veía así. Había suficiente espacio, incluso los restaurantes ponían mesas. Ahora ni ellos pueden colocar sus cosas”.
Carlos Méndez recordó cómo antes bastaba con cualquier esquina para disfrutar del mar: “Hoy ya no es posible, hay que buscar con suerte un buen lugar para estar con la familia”.
Hasta ahora, ninguna autoridad municipal ni ambiental ha informado sobre estrategias o acciones concretas para combatir esta situación que amenaza no solo al turismo, sino el equilibrio ecológico de la costa.— Abraham Ismael Raz HerreraCita
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Fuente: Diario de Yucatán
