Estudiantes blanden gatos muertos frente a defensores de los animales
Según los testimonios, los manifestantes presenciaron cómo los niños realizaban carreras de relevos con los cuerpos inertes de los animales
Una cacería de gatos organizada en una escuela de Nueva Zelanda ha generado gran polémica después de que los niños blandieran felinos muertos frente a defensores de los derechos de los animales y gritaran «carne, carne, carne».
La competencia, que tuvo lugar en la región de Canterbury, había causado controversia anteriormente al permitir la participación de menores de 14 años para abatir gatos salvajes. Aunque finalmente se retiró la categoría infantil, el concurso para adultos continuó bajo estrictas normas que también permitían la caza de otras especies como jabalíes, zarigüeyas, ratas y ciervos.
Manifestantes y niños protagonizan escalofriante enfrentamiento
Durante el fin de semana, un grupo de seis activistas de defensa de los animales se presentó para protestar mientras los participantes llevaban sus presas para ser pesadas. Entre ellos se encontraba Sarah Jackson, portavoz del grupo Christchurch Animal Save, quien explicó que los manifestantes recibieron burlas de los niños, quienes «empezaron a gritar repetidamente ‘carne’ mientras balanceaban gatos muertos». Jackson también denunció que los niños se burlaron de ellos por su elección vegetariana, diciendo que se alimentaran de zanahorias y hierba.
Cruel espectáculo con cuerpos inertes de animales
Según los testimonios, al llegar al lugar, los manifestantes presenciaron cómo los niños realizaban carreras de relevos con los cuerpos inertes de los animales sobre sus espaldas, incluyendo crías de cerdo, conejos y zarigüeyas. Los organizadores argumentaron que los manifestantes provocaron a los niños y defendieron la competición, señalando el impacto negativo que las especies salvajes tienen en el país. El departamento de conservación de Nueva Zelanda afirma que los gatos salvajes cazan y matan aves amenazadas, así como murciélagos y lagartos.
Recolecta de fondos para la escuela en medio de la controversia
La cacería de gatos se había concebido originalmente como una recolecta de fondos para una escuela en Rotherham, una pequeña aldea en la isla meridional de Nueva Zelanda. Sin embargo, las críticas y la indignación generada por el evento han eclipsado su propósito inicial. Defensores de los derechos de los animales exigen que se prohíba este tipo de actividades que consideran crueles y promueven una mentalidad insensible hacia los seres vivos.
Polémico concurso de caza de gatos para niños en Nueva Zelanda, cancelado tras denuncias
El ganador sería el menor que lograra cazar a un mayor número de felinos. Un concurso que involucraba a menores de 14 años en la caza de gatos ferales en Nueva Zelanda ha sido cancelado después de recibir fuertes críticas por parte de grupos defensores de los derechos de los animales. En este evento, los niños recibirían dinero en efectivo como premio, y el ganador sería aquel que lograra cazar la mayor cantidad de felinos.
Controversias y cancelación del concurso
El concurso, ideado por la North Canterbury Hunting Competition (NCHC), tenía como objetivo repartir alrededor de 150 dólares en premios en un evento programado para finales de junio de 2023. El ganador sería determinado después de contar el número de cadáveres de gatos cazados. Sin embargo, si los niños capturaban a un gato con microchip, presumiblemente con un dueño, este no sería contabilizado.
La NCHC ha expresado su decepción por tener que cancelar el concurso de caza de gatos, justificando la decisión como una medida para evitar reacciones adversas. También han intentado defender su imagen como supuestos defensores de las especies, disculpándose con aquellos que estaban emocionados por participar en algo que supuestamente estaba relacionado con la protección de aves autóctonas y otras especies vulnerables. Los organizadores también han destacado que, de haberse llevado a cabo el concurso, los participantes deberían cumplir con las leyes de armas de fuego y bienestar animal.
La problemática de los gatos ferales en Nueva Zelanda
En Nueva Zelanda, los gatos ferales están clasificados como plagas y se consideran una amenaza para la biodiversidad, ya que se estima que cada año acaban con la vida de alrededor de 1.1 millones de aves y otras especies. Algunas organizaciones, como la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales del país, han reconocido la necesidad de «sacrificar a los gatos callejeros» en ciertos casos.
Alternativas éticas para controlar las poblaciones felinas
Las entidades de defensa animal argumentan que existen métodos más éticos para controlar las poblaciones de gatos y que su gestión debe estar en manos de personas capacitadas para minimizar el sufrimiento de los animales. Uno de esos métodos es el CER (captura, esterilización y retorno), que consiste en esterilizar a los gatos callejeros para evitar su reproducción y, en última instancia, reducir al mínimo su número en las calles.
Con información de AFP.
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Fuente: Excélsior