Fuentes en Washington aseguraron que se lograrán acuerdos, pero no a través de nuevas disposiciones.
La Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por su siglas en inglés), a cargo de Katherine Tai, no está dispuesta a negociar algo que no esté contemplado dentro de lo acordado en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), señalaron fuentes cercanas en Washington al consultor en comercio internacional, Jorge Molina.
El exintegrante que negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) indicó que para Estados Unidos e incluso, también para Canadá, la negociación del tratado concluyó cuando se firmó y no están dispuestos a ir más allá para acomodar la postura de México.
“La Embajadora Tai les comentó a las autoridades mexicanas (lideradas por Raquel Buenrostro) la postura tanto de la industria de Estados Unidos, como de un creciente número de legisladores de ambos partidos en las cámaras del Congreso, para llegar a una solución a todos los problemas de acuerdo con lo que establece el T-MEC, no de acuerdo con nuevas disposiciones”, revelaron las fuentes.
El especialista añadió que el gobierno de Estados Unidos busca que las cláusulas negociadas en el T-MEC se apliquen debidamente y por completo, lo que para el USTR es un mandato que establece la sección 106 de la Ley de Implementación del T-MEC, aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 2020.
Aunque hablaron de diversos temas, la plática entre Katherine Tai y Raquel Buenrostro se concentró en tres puntos.
“En primer lugar, en el trato discriminatorio de México hacia las empresas extranjeras en el sector de energía, en particular hacia las de Estados Unidos, de acuerdo con la carta enviada al gobierno mexicano; como segundo punto, en la falta de pruebas científicas que sustenten las barreras impuestas por el gobierno mexicano a las importaciones de maíz transgénico, lo que representa una violación a los artículos 3 y 5 del capítulo 11 del T-MEC”, enumeró Molina.
Como tercer tema, se abordó la falta de protección a la vaquita y a la totoaba (corvina blanca) y las constantes infiltraciones de embarcaciones mexicanas en aguas de Estados Unidos para pescar huachinango.
Se topan con pared
Por otra parte, Oscar Ocampo, líder de proyectos de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), indicó que el relevo de Raquel Buenrostro por Tatiana Clouthier al frente de la Secretaría de Economía solo reafirmó la intención del Gobierno de México de no cambiar ni un ápice en su política energética.
“Se antoja muy complicado un escenario donde no haya un panel, Estados Unidos tiene la sartén por el mango desde octubre, y lo más probable es que acabe en un panel, aunque puede que se esperen a crearlo hasta inicios de 2023″, dijo.
Para evitar la creación de un panel, México tendría que flexibilizar algunas de sus posiciones, “lo que no queda claro es cuál, Economía y el Presidente siguen aferrados a que no se está violando el T-MEC, a pesar de que a todas luces lo está haciendo”, señaló
Juan Carlos Machorro, socio a cargo de la práctica transaccional de la firma Santamarina y Steta, quien subrayó que las expectativas de los socios comerciales de México siguen siendo muy sencillas. “Piso parejo frente a las empresas productivas del Estado mexicano, ni más ni menos”.
También consideró que el cambio de interlocutores en la Secretaría de Economía no resultó lo más sensato a estas alturas del proceso.
“Si a esto agregamos que los nuevos interlocutores no cuentan con la experiencia de sus antecesores y que vienen con la encomienda de radicalizar su posición, el panorama es por demás sombrío. México no puede detener y menos retroceder el reloj de la historia. El país es muy distinto al México de 1938 y de 1960. El futuro de las economías pasa por las energías limpias y la inversión privada. Nuestro país no puede excluirse de dicha realidad”, afirmó.
En este sentido, Aristeo López, abogado de Clark Hill PLC, dijo que algo que ha escuchado es que México tal vez está cruzando la agenda comercial con la migratoria para resolver la disputa, pero eso no significa que puedan cambiar el T-MEC, pues el texto del tratado es muy difícil cambiarlo.
“En mi experiencia negociando con Estados Unidos y Canadá, te puedo apostar que no es el caso renegociar los términos de un tratado de libre comercio, eso sería una locura. Créeme que no veo cómo puedan estar discutiendo esa posibilidad”, explicó el especialista.
Fuente: El Financiero